lunes, 15 de junio de 2009

EL TELEFONICA AZUL DE NUEVO MUERDE “EL POLVO”

En la salida de la novena etapa de la VOR, entre Marstrand y Estocolmo, el Telefónica Azul, patroneado por Bowe Bekking, se ha vuelto a comer una roca… Es algo que le puede pasar a cualquiera, pero en una competición de esta índole, con proyectos en los que se inyecta mucho, casi demasiado, dinero para hacer fichajes estelares entre los mejores navegantes, parece que no debería ser tan habitual.
Si la próxima edición la hacen con barcos de radiocontrol probablemente sería más barato y seguro. El navegante del Telefónica Azul, Simon Fisher, creo que aún sigue pidiendo perdón. A otros, por mucho menos, los han apeado del barco.
No sé qué tiene Bowe Bekking contra los barcos españoles… Primero perdió el Movistar, durante la última etapa de la edición anterior. En la actual edición, en la salida de Quingdao para la 5ª etapa se dio contra la primera piedra y ahora en la 9ª, saliendo de Marstrand se han comido la segunda.
Al menos su perro aún lo saluda. Con su presupuesto podían optar por la primera o segunda plaza del podio, pero visto lo visto, vale con que demuestren que los barcos españoles saben navegar sin irse dando con las piedras.
Parece ser que ha costado mucho desempotrar el barco del bajo rocoso, gracias a la ayuda de guardacostas y demás barcos han conseguido volver a tierra, sanos y salvos para evaluar los daños. Con una fuerte vía de agua, un winche roto, una orza de deriva rota, y quién sabe qué más daños en su quilla, parece mucho más que probable que el Telefónica Azul pierda sus opciones de subirse al segundo escalón del podio en esta vuelta al mundo. Lo siento, sobre todo, por el amigo Pepe Rives, que no para de comerse un marrón tras otro desde que navega con Bekking.
¡Mucho sentidiño, chicos! Espero que se pueda arreglar y terminar esta, ya demasiado larga, vuelta al mundo.

2 comentarios:

Fernando dijo...

Ya te dije que son como el "pupas" aunque en estos momentos me solidarizo, sobre todo con Simón, pero la verdad es esa, cuantos millones? Que las piedras casi se veian !! e iban de primeros. Una pena.
Me gustan muchoslos relatos de las travesías, para los que unicamente comemos ria muy interesantes.

Un saludo
Fernando

Nautijorge dijo...

Hola Fernando!
Pues sí, la cara de Simon Fisher era todo un poema, no me gustaría estar en su piel en ese momento... y aunque errar es de humanos, y no me gusta hacer leña del árbol caído, el caso clama al cielo.
Después de haberse comido ya una piedra en una etapa anterior, y encontrándose navegando en una zona con islas y bajos, en cabeza de la flota, creo que cualquier navegante iría bien atento, sobre todo cuando, como bien dices, la piedra se aprecia a simple vista y más cuando en esos barcos cada uno tiene sus funciones bien definidas, sobre todo la del navegante.
Tiene pinta de que fuese más atento a la maniobra y trimado que a otra cosa. Y Bekking, como patrón (aunque son dos patrones, si se lleva los laureles cuando sale bien, también se debe comer los marrones cuando sale mal), también es responsable.
En fin, mala suerte y una pena.
Espero no tener que contar nada parecido en el próximo relato de la travesía que comenzamos la semana que viene ;-)
Unha aperta, Fernando.