jueves, 29 de octubre de 2009

ASÍ EMPIEZAN EN ARGENTINA

Andáte nene a navegar!
Y no me vengas con boludeces de que la mar está grande, che…

Esto es lo que le deben decir los papás argentinos a sus chavales cuando empiezan a navegar, o al menos es lo que se desprende de estas imágenes de una regata de Óptimist.
¡Ahí está!¡Con un par!
Con mucho menos de eso acá se hubiese suspendido la regata, pero allá no, y eso quizá es lo que hace que salgan buenos navegantes…
o que lo dejen para siempre…

Eteee...Guau!!!

sábado, 24 de octubre de 2009

Regatas...

Navegando pola rede, grazas a Fernando de Dornablog, no blog de Arlillo atopei este bonito vídeo das primeiras regatas de dornas nos anos 50 en Vilagarcía, gravado por Leal Soto (Do Arquivo Social dá Memoria de Vilagarcía). Igualiño ao circo das regatas de agora.

viernes, 23 de octubre de 2009

EL BIG BOY, UNA VELA OLVIDADA

Algunos la recordarán, otros la habían olvidado y no pocos la desconocen o sólo la han visto en la portada de sus manuales de patrón. Se trata de la vela para vientos portantes, más concretamente para popas cerradas, que complementaba al spinnaker, el Big Boy. Vela muy utilizada en la época regida por el IOR (International Offshore Rule) cuando aún predominaban los aparejos a tope de palo y las mayores estrechas. Al navegar en popa cerrada y abrir mucho el tangón del spinnaker, el centro vélico quedaba muy desplazado hacia barlovento pues, como digo, las mayores eran estrechas de pujámen. Entonces se izaba el Big Boy, complementando al spi y completando la superficie vélica por sotavento, por detrás de la mayor, de forma que centraba el centro de empuje del velamen y estabilizaba el barco, además de aumentar la superficie. Para evitar el desvente de la vela mayor se jugaba con la driza del Big Boy, más que con la escota, largando driza hasta que la vela volaba fuera de la influencia de la mayor, a veces hasta que su pujámen rozaba el agua. A finales de la década de los 70 y principios de los 80 se empezaron a imponer los diseños de barcos de regata de desplazamiento ligero, con aparejo fraccionado (generalmente 7/8 ó 3/4), con velas de proa más pequeñas y mayores más anchas (con más E o pujámen), con lo que el Big Boy dejaba de compensar, pues quedaba tapado por la mayor. Con la supremacía de este tipo de aparejos en los últimos años del IOR, y posteriormente con la adopción del IMS, CHS y otras reglas, el Big Boy fue cayendo en desuso hasta desaparecer.
Muchos al ver antiguas fotografías con esta vela pensarían que se trataba de la utilización conjunta del spinnaker y un gennaker o spi asimétrico, pero estos por entonces no existían, más bien para vientos cerrados de la aleta se utilizaba otra vela, también en desuso, llamada “Reacher”, que era un génova radial más embolsado de lo normal y de puño de escota más alto.
Con los actuales diseños de cascos de desplazamiento ultra ligero y carenas planas, pensados para correr, hacen que rara vez el viento aparente venga justo de popa y por lo tanto se impongan cada vez más los gennaker o spis asimétricos amurados en bauprés, o como mucho los código 0, pero eso ya es otra historia. No cabe duda que la imagen de los rapidísimos barcos modernos navegando en portantes es espectacular, pero la antigua imagen de los barcos navegando en popa con sus spis y big boys era un rato vistosa.
UN RECUERDO AL PIRATA "agf" DE LA TABERNA DEL PUERTO, YA QUE ÉL NO RECUERDA SUS FUENTES...

jueves, 22 de octubre de 2009

LLEGA EL PRIMER 6.50 A BAHÍA

El francés Thomas Ruyant con su “Faber France” llega en primera posición a Salvador de Bahía ganando la segunda etapa y prácticamente la general de prototipos de esta Transat 6.50 de 2009, pues le ha sacado más de 3 horas al ganador de la primera etapa entre La Rochelle y Funchal, Bertrand Delesne. Ruyant ha empleado 24 días, 23 horas y 38 minutos, haciendo una media de velocidad de 7,14 nudos. Impresionante la imagen de ver aparecer una de estas "veloces ladillas de mar" (pequeñas e incómodas) en medio de la inmensidad del océano.
Ahora Ruyant tiene ya la vista puesta en la próxima regata para solitarios Le Fígaro, "comme il faut".

Por su parte, los participantes españoles del equipo GAES Solidaria navegan muy juntos frente a Recife, encabezando el grupo de prototipos Anna Corbella en el puesto 17 (a unas 392 millas de la meta), Toni Weijl en el 18, J.C. Sanchís el 20 y Gerard Marín en el 21. Entre los de serie Hugo Ramón ocupa la posición 13 y Joel Miró la 30. Se espera que prácticamente todos ellos arriben a Salvador de Bahía el próximo sábado y puedan saborear satisfechos la merecida caipirinha.

miércoles, 21 de octubre de 2009

TRANSAT SOLIDAIRE DU CHOCOLAT


El pasado 18 de octubre se iniciaba en la población bretona de Saint Nazaire la regata a dos para la Clase 40 Open con destino a la península del Yucatán, unas 5.000 milas, con 24 embarcaciones participantes, entre los que se encuentra el barco español “Tales Villa Esperanza” de los santanderinos Gonzalo Botín y Javier de la Plaza, navegando en estos momentos en novena posición. Como ya viene siendo frecuente en este tipo de regatas oceánicas que salen de algún puerto del Cantábrico en esta época del año, la flota ha tenido que afrontar un fuerte temporal al poco de iniciarse la regata. En esta ocasión, y por este motivo, ya son cinco los barcos que se han retirado, encontrándose en estos momentos navegando de vuelta hacia Francia y uno que ha tenido que hacer una “pit-stop” en el puerto de A Coruña.
Se trata del Pogo 40 francés “Vale Inco-Nouvelle Calédonie” tripulado por Yves Ecarlat y Lionel Regnier, que recalaban la pasada madrugada en Marina Coruña, con la vela mayor rota después de haber soportado la noche pasada vientos de más de 40 nudos y rachas de 50. Como en muchos otros casos han llevado la mayor a reparar a la velería de Cadenote en Sada. Desde allí los he llevado de vuelta al barco este medio día, a la espera de que esta misma noche pueda estar ya lista la vela para continuar la regata.
Por lo que he tenido ocasión de hacer algunas fotos al barco. El Pogo 40 Racing es un barco sencillo de maniobra pero increíblemente rápido, según me comentaba Yves han llegado a alcanzar los 28 nudos de velocidad punta.
Lástima para Yves y Lionel, buena gente, pero creo que cuentan con un presupuesto ajustado y llevan una mayor que va ya por su cuarto cruce del Atlántico empezando a estar un poco trillada para tantas millas. Aunque lleguen a salir esta noche o mañana a primera hora les va a costar dar alcance a la flota que encabeza en estos momentos el barco del experimentado patrón de vuelta al mundo Bernard Stamm, que ha optado por navegar más hacia el oeste, por donde se prevé que entre en las próximas horas otro frente de fuerte viento. Sin embargo otro conocido vueltamundista, el italiano Giovanni Soldini ha elegido una opción más al sureste que puede que le de buen resultado… ya se verá en los próximos días.
Me he despedido de ellos con un animoso “Á donf” y ellos me han contestado con un poco optimista: “ Á donf pour l´année suivante”.

sábado, 17 de octubre de 2009

SIEMPRE HAY UNA PRIMERA VEZ

No sé muy bien por qué, pero cuando paso un tiempo en tierra me vienen a la memoria historias de años atrás, algo así como treinta en este caso. Síntoma de que me voy haciendo mayor quizá... ;-) pero tampoco tanto, eh!
Aún a riesgo de ser un poco “abuelo cebolleta” voy a recordar la que creo fue la primera vez que me dejaron el cargo de un barco navegando de noche y mis sensaciones.
Me sorprende lo bien que lo recuerdo, salvo en algunos detalles. Será porque las primeras experiencias se quedan gravadas a fuego.

Ya había navegado de noche antes en el barco de mi padre, pero con él.
Aquella ocasión era diferente. Formaba parte de la tripulación de un Contention 33, un barco de regata de la época, diseño de Doug Peterson. Participábamos en el Trofeo Conde de Gondomar. El trofeo constaba de una regata larga, de unas 120 millas, desde Bayona hasta una baliza fondeada frente a Póvoa de Varzim, en Portugal, y vuelta. Un día de descanso y al siguiente hacíamos dos regatas de triángulo (aún no se estilaban los bastones barlovento-sotavento). Los dos últimos días se hacían dos regatas costeras de media distancia.
La tripulación la formábamos cinco chavales de entre 15 y 17 años y un patrón experimentado, marino mercante y snipista, Paco, ya fallecido. Tenía fama de duro y de mal genio a bordo, pero con buen rollo. Aunque nos caía algún grito, bien porque nos lo merecíamos, bien porque era su forma de ser al navegar, íbamos con ganas y aprendiendo de cada milla.
El día de la salida para la regata larga soplaba un fuerte viento nordeste, típico de julio, que a lo largo de la costa portuguesa se convertía en norte. Como llevaba soplando un par de días, se había formado una mar considerable y navegamos en popa, con rumbo sur, a toda velocidad dando buenos planeos.
El Contention era un barco con mucha V en su obra viva y de popa estrecha, lo que lo hacía buen ceñidor, pero indomable en las popas con viento y agotador a la caña del timón.
Tengo la imagen del barco que navegaba cercano a nosotros por nuestro costado de babor cuando rompió de cuajo la mecha del timón y salió flotando la pala por su popa. Navegaba con spi y tardó segundos en pegar una orzada espectacular que los tumbó palo al agua por la banda de babor primero, y en cuanto se adrizó, se volvió a tumbar violentamente por la otra.
Visto lo visto nos apresuramos a arriar nuestro spi, que nos hacía ir dando campanadas de banda a banda y era sólo cuestión de tiempo que nos la diésemos también nosotros.
Una embarcación de la Cruz Roja acudió pronto en ayuda del otro barco.
Nosotros izamos un génova III y lo atangonamos a orejas de burro, ganando en estabilidad pero, aún así, había que andarse con ojo.
Llegamos a la baliza de Póvoa de Varzim a última hora de la tarde, aún con luz de día. Y menos mal, porque encontrarla de noche, con aquel carajal, era complicado. Por entonces no usábamos GPS.
Nos pertrechamos con ropa de abrigo y nuestros precarios trajes de agua. Cambiamos la vela de proa por un foque II y metimos un rizo a la mayor antes de empezar a ceñir para desandar lo andado, contra unos 30 nudos de viento de proa y una mar cabrona y fría que se te colaba por el cuello a partir ya del tercer o cuarto roción.
La escora era fuerte y los pantocazos continuos.
En cuanto viramos, en vista de la nochecita que nos esperaba, Paco organizó las guardias y mandó a la mitad abajo a descansar, quisieran o no.
Tardó una hora u hora y media en anochecer completamente. Paco ya llevaba ocho o nueve horas al timón y decidió bajar a dormir. Dijo:
- Jorge, coge aquí. Sólo si hay algo importante me despertáis.
-¿Qué coja yo?
- Tu ya has llevado el barco de tu padre, no?
- Sí…
- Has navegado ya de noche, no?
- Sí… pero…
- Pues eso, coge el timón.
Me invadió una sensación de responsabilidad, algo de orgullo y cierto acojone.
De los tres que habían bajado a descansar sólo salió uno, los otros dos estaban mareados como piojos, medio abrazados a un cubo con vómitos que colgaba de la base del palo.
Hay momentos de esa noche que recuerdo como si fuese ayer.
En la oscuridad, por sotavento, apareció el palo de bandera de un palangre, recorriendo la banda medio sumergida del barco hasta dejarlo atrás, que me dio un buen susto.
Al poco empezamos a ver luces de otros barcos, la mayoría supongo que pesqueros, pues por entonces andaba bastante pez en esas cuestiones. Uno de ellos se nos iba acercando a rumbo de colisión y yo no sabía muy bien qué hacer, pero aunque nos planteamos despertar al patrón, un poco por miedo, un poco por dejarlo descansar, decidimos no hacerlo y ya veríamos cuando estuviese más cerca. Navegábamos a unas 4 ó 5 millas de tierra y optamos por dar un bordo hacia el mar de una hora, después otro hacia tierra del mismo tiempo y así sucesivamente.
A eso de las tres de la madrugada volvió el patrón a cubierta y hubo cambio de guardia. Me encontraba empapado, cansado y aterido de frío, como todos.
Uno de los mareados mejoró y salió a cubierta, el otro no, y de los que estábamos fuera bajamos dos, el otro prefirió aguantar fuera antes que entrar en aquella coctelera.
Ciertamente el interior era un auténtico caos, entre sacos de velas y el génova III sin doblar y me tumbé como pude en una de las literas altas, con la cubierta a un palmo de mi cara, un tanto agobiante y difícil para relajarse completamente debido a la escora y los pantocazos.
Descansé malamente aproximadamente una hora, pero creo que apenas llegué a dormirme. El cubo de vómitos se había vertido y el olor en el interior era nauseabundo. Me entró una nausea que pude aguantar lo justo para sacar la cabeza por el tambucho y vomité en la bañera. En un minuto la ola siguiente ya la había limpiado.
Así las cosas preferí salir a cubierta, recuerdo que la noche se me hizo interminable, ahorrando toda la energía posible moviéndonos lo justo.
Con la primera claridad del amanecer la sensación térmica era de frío intenso, empapados hasta los huesos, pero la luz del alba y el hecho de que hacía un rato que estábamos de nuevo en aguas gallegas animaba bastante. También el que pudiésemos ver a un par de contrincantes nos hacía recordar que íbamos en regata, pues durante la noche daba la sensación de que navegábamos solos.
Ya con el sol brillando bastante alto llegamos a Bayona, no recuerdo en qué posición, pero creo recordar que en tiempo real entró primero un Swan 44 irlandés, Moonduster, me parece que se llamaba, y en tiempo compensado había ganado el half tonner de última generación Cutty Sark, patroneado por Javier Gándara o José Mª.Lastra, no lo recuerdo bien, pero da igual. El caso es que llegamos, ensalitrados hasta las pestañas, muertos de sueño pero satisfechos y, por lo menos en mi caso, consciente de todo lo que había aprendido de la experiencia. Contento también de haber patroneado el barco, al menos por unas horas, durante la navegación nocturna.
El recordar esas sensaciones me ayuda ahora a comprender mejor a los que pasan de nuevas por ese trance; los miedos, dudas e inquietudes de su primera vez.

miércoles, 14 de octubre de 2009

CUANDO JUBILÉ MI VIEJA REFLEX

La Asahi Pentax era una buena cámara que antes había sido de mi padre, pero aunque no era especialmente aparatosa, nada que ver con las actuales digitales de bolsillo, sólo la llevé conmigo en algunas ocasiones a navegar.
Debió ser por el mes de noviembre del 2006 cuando un par de barcos participantes en la regata alrededor del mundo en solitario, Velux 5 Oceans, recalaron en A Coruña tras el terrible temporal que sufrieron en el Cantábrico, nada más salir de Bilbao.
Uno de ellos era el “Saga Insurance” del mítico Sir Robin Knox-Johnston, que arribó a los pantalanes del RCN de A Coruña con desperfectos en el carril del grátil de mayor, el radar y algunas velas dañadas, amén de otros pequeños detalles por reparar. De ello se encargaron en principio dos compañeros de Cadenote, Vicente y José Luís, pero no quería dejar pasar la oportunidad y me fui hasta allí a echar una mano y para hacer un montón de fotografías a los detalles del barco. Una vez a bordo del Open 60 me puse a fotografiar todo lo que me pareció interesante del barco y al rato ya estaba ayudando a mis compañeros en las reparaciones y haciendo llamadas para conseguir piezas o algunos tipos de tornillos determinados.
En el trato con Sir Robín me sorprendió su afabilidad, camaradería y sencillez. Aquí junto a otro monstruo, el no menos mítico José Luís Ugarte.
No me considero especialmente mitómano, o mejor dicho, afectado por el fenómeno “fan”, pues mitos sí he tenido unos cuantos, entre ellos el que tenía ahora al lado, un mito vivito y navegando, pero ni de adolescente recuerdo haber pedido un autógrafo o hacerme una foto con alguien.
Quizá por las circunstancias especiales de este caso, pues no creo que Sir Robin fuese a dar muchas más vueltas al mundo, y menos que volviese a recalar aquí, y menos aún que volviese a coincidir yo con él, me decidí a pedirle hacerme una foto con él.
Medio en serio, medio en broma accedió sin problema pero sólo cuando terminásemos el trabajo. Finalmente me pasó el brazo sobre el hombro y me dijo, “ahora venga esa foto”.
José Luís cogió mi cámara y nos hizo un par de fotos.
Sólo quedaban algunos pequeños detalles por solventar para la mañana siguiente y por la tarde zarparía de nuevo.
Por desgracia, al día siguiente, motivos familiares me impidieron acudir. Vicente y José Luís acabaron la faena y al medio día, como estaba previsto Sir Robín, tras ayudarle a izar la pesada mayor, continuó con rumbo al Atlántico sur. Ese mismo día por la tarde llevé las fotos a revelar, y cual fue mi sorpresa al comprobar que la lengüeta del carrete se había roto y no había salido ninguna fotografía… ni de los detalles del barco ni por supuesto junto a Sir Robin.
Ese fue el momento en que decidí que eso no me volvía a suceder, me pasé a la fotografía digital y jubilé mi vieja Pentax reflex. Me quedé sin fotos, pero guardo un grato recuerdo de verlo trabajar en su barco, la parsimonia con que hacía un simple as de guía o el privilegio de haber recibido de él un par de consejos, pero sobre todo la satisfacción de haber podido echar una mano, aunque fuese pequeña, a Sir Robin Knox-Johnston.

domingo, 11 de octubre de 2009

Trágico accidente en Australia

En la madrugada pasada, del viernes al sábado, un trágico accidente ha ocurrido en aguas australianas, en el transcurso de la regata Flinders Islet Race, entre Sydney y los islotes Flinders (a unas 50 millas al Sur) y vuelta.
El yate de 24,40 m de eslora, PriceWaterhouseCoopers (ex Shockwave 5), colisionaba contra las rocas del islote Flinders, abriéndose una vía de agua y rápidamente destrozándose contra las rocas debido al fuerte oleaje.
En el accidente fallecieron el patrón Andrew Short y la tripulante Sally Gordon, ambos navegantes experimentados, con más de quince Sydney- Hobart a sus espaldas, ambos habían sobrevivido a la tragedia acaecida hace once años en dicha regata. De los dieciocho tripulantes del barco, dieciséis han sobrevivido, con heridas menores, después de tener que nadar para subirse al islote. Siendo una noche fría, algunos sufrían hipotermia.
El patrón Andrew Short fue recogido del agua por la tripulación del Ragamuffin del conocido Syd Fisher, con infructuosos intentos de reanimación, lo mismo que la tripulante Sally Gordon, que fue recogida por otro de los barcos participantes, el Quest de Bob Steel.
El resto de la tripulación fue rescatada del islote gracias al fuego de bengalas, tras un fallido intento del barco de la policía marítima debido a la mala mar, por un helicóptero de salvamento y llevados al cercano hospital de Wollongong.
Curiosamente horas antes de salir en la nefasta regata que le costó la vida, Andrew Short le entregó en mano una carta a la navegante adolescente Jessica Watson, advirtiendo que “el implacable océano podría costarle la vida”. La carta fue escrita por uno de los regatistas más importantes del mundo, Andrew Cape, y después pasó al Sr. Short, que como un amigo y mentor, le dio a Jessica antes de su intento de navegar en solitario alrededor del mundo.
El escritor náutico Robert Mundle recibió la noticia del intercambio en un mensaje de voz escalofriante que el Sr. Short le había dejado la noche del viernes.
Mundle, más conocido como el autor de Tormenta fatal: la historia interior de la Trágica Sydney-Hobart Race, Dijo ayer:''Lo más triste para mí fue que al encender mi teléfono [esta mañana], hubo un mensaje perdido de Andrew explicando que había entregado la carta con éxito a Jessica antes de la salida de la regata.
''La carta advirtió sobre los peligros del mar. Minutos más tarde, me enteré de que el mismo Andrew había muerto.''


Jessica Watson, la adolescente de 16 años, aplaza su salida para la vuelta al mundo en solitario. Jessica Watson no embarcará hoy para su viaje alrededor del mundo a vela en solitario, como se había informado.
Tras un fracasado intento, el pasado 9 de septiembre, cuando su barco rosa chocó con un buque mercante de 63.000 toneladas frente a North Stradbroke Island.Un portavoz de Five Oceans medios de comunicación dijo hoy que los informes de que Jessica embarcaría hoy eran falsas, su fecha de salida aún no se ha decidido, aunque probablemente sea la próxima semana.
Jessica, de 16 años de edad, estudiante Sunshine Coast, pretende hacer historia al convertirse en la persona más joven a navegar en solitario sin ayuda alrededor del mundo. Polémico fue el anuncio de circunnavegación de esta adolescente.
Personalmente encuentro muy bien que esta chica de 16 años se lance a navegar en solitario, pero para una vuelta al mundo… me parece prematuro, y más si la motivación que la mueve es “hacer historia por ser la más joven”.
Creo que difícilmente se puede estar completamente formado como navegante para acometer una empresa de esta envergadura sin antes estar completamente formado como persona … pero he de reconocer que no la conozco, y al fin y al cabo es ella la que pagará si se equivoca.
Le deseo toda la suerte… sin duda la necesitará.