No aguantaba más sin sentir el salitre en la cara, el cuerpo me pedía navegar y qué mejor que hacerlo con un grupo de amigos que salen todos los sábados, caiga lo que caiga.
Salimos casi el doble de la dotación que necesita el barco, pero el viento más bien fuerte lo permitía. Aún así, a pesar del sobrepeso, navegando con gennaker rozamos los 12 nudos de velocidad. No está nada mal para un barco de 8 metros. .
2 comentarios:
Efectivamente un día estupendo.
Gracias Jorge, como siempre fué un placer navegar contigo.
Un abrazo.
Alvaro.
Eso digo yo Álvaro, Gracias.
Y eso que se me olvidó comentar ese caldito caliente de Manolo... Estáis en todo, unos maestros en el placer de navegar ;-)
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