Hace unos días acudí a la botadura de un nuevo barco, como debe ser, con ceremonia de celebración del acontecimiento, pidiendo la protección de los dioses Neptuno y Eolo en las futuras singladuras del barco y de su patrón.
No se empleó el tradicional protocolo de ruptura de botella en la proa, no sé si por reparo a dar semejante castañazo en la reluciente proa nueva, o por el mal fario que supondría el hecho de que la botella no se rompiera. En su lugar se optó por el método “inauguracióndepantano”, suficientemente simbólico, de la mucho más inofensiva cinta.
Amigos, familia, fotos, vítores, aplausos y una caja de “ Veuve Clicquot” con algo de picar… ¡Simpático acontecimiento! Lástima que hoy día, en veleros de este tipo, sea casi una tradición perdida, pero los símbolos son una especie en extinción. Siglos atrás a ningún marino se le ocurriría navegar sobre un barco que no hubiese sido botado y bautizado “comme il faut”.
Que por cierto, entre jolgorio y copas de champagne no sé qué nombre le pusieron al barco… pero por la cantidad de espumoso que corrió y la relación con Francia del nuevo armador no me extrañaría que lo hayan bautizado con el nombre de “Ecume” ;-) . Se lo tengo que preguntar…
De todas formas ¡Felicidades Antonio por este magnífico barco¡ !Espero que te lleve hacia donde marcan tus sueños!Que por cierto, entre jolgorio y copas de champagne no sé qué nombre le pusieron al barco… pero por la cantidad de espumoso que corrió y la relación con Francia del nuevo armador no me extrañaría que lo hayan bautizado con el nombre de “Ecume” ;-) . Se lo tengo que preguntar…
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