sábado, 14 de noviembre de 2009

FAREANDO DESDE UN FARO

Dedicado a los compañeros bloggeros Juan Miguel y José Antonio.
He elegido mi faro preferido, como tantas veces he dicho, el FARO DE CABO VILÁN, situado en plena “Costa da Morte”, y que tanto me gusta visitar desde tierra o desde el mar.
He vuelto a estar allí recientemente para enseñar a unos familiares tanto sus espectaculares vistas como el pequeño centro de interpretación del propio faro, reducido, pero por algo se empieza. Turbulenta y larga es la historia de este faro, y a pesar de que empezó, en 1854, como un pequeño faro de cuarto orden destinado sólo a señalizar la entrada de la Ría de Camariñas, tras varios cambios y modificaciones, en 1896, ya como faro de primer orden, se convirtió en el primer faro de luz eléctrica de España y uno de los primeros de Europa. El faro continuó sufriendo modificaciones y mejoras.
No llegó el telégrafo hasta 1904.
En 1922 se puso en servicio el radio-faro, primera instalación de este tipo en las costas gallegas junto con la de Finisterre, que traducía la clave luminosa para que la señal produjera en el oído análoga impresión a la emisión de luz en los ojos. Más tarde, en 1962 se puso en funcionamiento la sirena y se reemplazó la óptica y la linterna, manteniéndose hasta hoy su apariencia de luz blanca con grupo de 2 destellos en períodos de 15 segundos y alcance de 28 millas.

Soñando está o bardo,
Cun vago soñar;
A beira do facho,
Que vértigo da;
Que s´ergue sublime,
Por cima do mar;
E os baixos contempla,
Que rompendo están.


Eduardo Pondal Soñando está el bardo,
Con un vago soñar;
Al borde del faro,
Que vértigo da;
Que se levanta sublime,
Por encima del mar;
Y los bajos contempla,
Que rompiendo están.

10 comentarios:

caius dijo...

Las cosas que hacían los ingenieros... no como ahora. Todo un mundo los faros. Aquí hace solecito aunque dicen que igual cae agua. No lo creo.

Aniña (@vampyevil) dijo...

he visto en el telediario lo del temporal, solo quiero que sepas que sigo aqui visitandote siempre y comentandote cuando puedo.
besitos

Nautijorge dijo...

Me alegro de tu visita Aniña.
También yo de vez en cuando hago incursiones a tu blog. Me gustó la leyenda india... pero no dejé comentario, me quedé pensando. Cómo los viejos indios tienen una historia adecuada para cada cuestión, y sino, se quedan en silencio.
Cuidate mucho, valiente.
Bicos

Juan Miguel dijo...

Gracias por el detalle Jorge. Preciosas fotos. Un saludo

Isabel Martínez Rossy dijo...

El de Cabo Vilán es uno de mis faros preferidos, impresionantes la torre y su emplazamiento. Quise ser farera pero no aprobé las pruebas (me presenté a la que fue la última o penúltima convocatoria, bastante dura, por cierto)... es mi gran frustación...
Siempre añoro el mar desde mi Salamanca y me desahogo un poco en mi "Cuaderno de Mareas".
Un saludo.

Nautijorge dijo...

Gracias Isabel por tu visita.
Fíjate que el primer faro de Cabo Villano es de 1854, fecha de la carta del Jefe Seattle a Franklin Pierce. Qué casualidad...
Me ha gustado mucho tu Cuaderno de Mareas. Volveré más veces a visitarlo.
Un saludo para una salmantina con "morriña" ;-)

Fernando dijo...

Vamos a tener que crear el club de fans de faro Villano. Yo tb. tengo cuelgue especial con el susudicho.
Apertas.

Nautijorge dijo...

Pues si no lo tiene ya, no estaría mal, Fernando... ;-)
La verdad es que tanto el faro como el enclave es singular. La típica estampa de faro sobre acantilado en un día de tormenta, con cementerio de naufragio incluido... de peli, vamos.
Desde el mar, hay ángulos desde los que siempre me recuerda a un enorme dragón metiéndose en el agua.
Unha aperta.

Juan Miguel dijo...

Seguid así y me acabareis convenciendo para que este verano vaya a por los faros de Galicia con mujer y dos niños. Y es que tanta abundancia de luces en esa costa asusta un poco, sobretodo después de la panzada de faros asturiasno que se llevó mi mujer en agosto: 16 en cuatro días.
En fin, a ver cómo la convenzo. Un saludo

Nautijorge dijo...

Seréis bien recibidos, Juan Miguel, y no os arrepentiréis. Sobre todo porque en dos de los más representativos, en los semáforos de Fisterra y Estaca de Bares hay sendos hotelitos espectaculares, pequeñitos pero llenos de encanto.
Pero además de estos, te recomendaría:
Ortegal más que por el faro por su impresionante enclave.
Punta Candiéira (Candelária) por lo mismo.
La Torre de Hércules por ser ya patrimonio de la humanidad.
Cabo Vilán junto a Camariñas, por supuesto.
Quizá Touriñán por ser el cabo más occidental de España penínsular.
Y aunque hay muchos más, para terminar, el faro de la Isla Norte de Cíes y el de Cabo Silleiro.
El paisaje y la comida, para qué contarte, y las playas, otro tanto.
Un saludo.
P.D. Trataré de hacer más entradas sobre ellos para convencer a tu mujer ;-)