Pensionista gallego navega 45.000 millas en solitario del Antártico al Ártico
Un pensionista gallego navegó en solitario cerca de 45.000 millas, el equivalente a dos veces la vuelta a la Tierra, por diversos océanos incluido el circulo polar Ártico y el Antártico chileno, a bordo de un velero que él mismo adaptó para el periplo, sin ningún tipo de patrocinio. Jesús Leiro López, Suso, como le conocen sus amigos y familiares, originario de la localidad de Portonovo, en la ría de Pontevedra, decidió hace diez años embarcarse en la aventura de surcar los mares en solitario, tras un accidente en la cadera, que puso fin a su labor profesional y la posterior implantación de una prótesis. Después de haber navegado durante décadas en todo tipo de barcos, incluido pesqueros y mercantes, Suso compró un velero canadiense de ocho metros de eslora que poco a poco fue adaptando para un periplo que le ha llevado a enfrentarse a icebergs y hielo en el Ártico, a tres huracanes en el Atlántico al cruzar la línea del ecuador y a casi un naufragio en el estrecho de Magallanes.
"Yo no animaría a nadie a ese viaje, trataría más bien de quitárselo de la cabeza porque supone demasiados riesgos", dijo Suso a Efe, y confesó que "si tuviera que hacerlo ahora, a los 65 años, no lo repetiría".
Cuando se embarcó en esa aventura tenía 55 años, de manera que aprovechando sus conocimientos y su experiencia adquirió el velero "Finesse" y lo reforzó "con el mástil de doble apoyo para evitar averías y disponer de más seguridad y resistencia", dijo. Progresivamente fue adaptándolo a sus necesidades con varios equipamientos, algunos de ellos de invención propia, que culminaron con un refuerzo de la proa contra el hielo para su última aventura, cuando salió de las costas gallegas y recorrió parte del círculo polar del Ártico.
"En varios puertos de Irlanda, Finlandia y Groenlandia me decían que no lo iba a conseguir" por no estar suficientemente equipado, señaló Suso, quien sin embargo prosiguió y logró su objetivo.
"Muchos familiares me desaconsejaron que hiciera ese viaje, con toda honestidad, incluida mi esposa e hijos. Me decían que teniendo las rías gallegas para navegar, por qué tenía que aventurarme en esa locura. Ahora están muy contentos de que esté de nuevo en casa", indicó Suso. Inicialmente, su periplo comenzó en las rías gallegas, para luego proseguir con viajes por el Atlántico y el Mediterráneo, porque "para navegar por el mundo hay que estar muy preparado", advirtió. Pese a no haber cruzado nunca el Atlántico en velero, aunque si en mercantes en los que trabajó, Suso se lanzó en un periplo desde Galicia hasta Argentina para visitar unos familiares, proseguir por el Estrecho de Magallanes, subir por el Pacífico, atravesar el Canal de Panamá y regresar de nuevo a Europa.
"En dos ocasiones el velero fue tumbado por olas, pero volvió a reequilibrarse", comentó este navegante solitario que reconoció: "aunque nado bien, tengo miedo a volar a las profundidades marinas".
En una de sus travesías "en plena tormenta, un viento huracanado me partió el obenque, perdí la voladura y estuve a punto de quedarme sin mástil. Por suerte estaba en cubierta y reaccioné rápido, de manera que largué la escota al momento y la vela no me tumbó el mástil", señaló.
"Sentí como una explosión mientras estaba envuelto en un remolino de viento, como un disparo en el que notas como miles de kilos de presión que pueden sesgar tu vida", dijo.
"Mi viaje acabó bien de casualidad", comentó Suso, quien afirmó que para lanzarse a ese tipo de aventuras en solitario es necesaria mucha experiencia y conocimiento de la navegación y una gran dosis de riesgo, porque "hay que estar continuamente en estado de alerta, las 24 horas del día, ya que te juegas la vida cada minuto". Suso reconoció que su tenacidad no ha sido siempre considerada en su casa, ya que "cuando me propongo algo, tengo que pelear incluso contra mi familia, aunque luego acaben reconociendo" que navegar, algo que conoció desde su infancia", es una pasión contra la que no hay remedio.
Las aventuras de Suso figuran en un libro titulado "El navegante solitario, el hielo y el mar", publicado hace una par de meses con ayuda de la escritora Alba Nélida Paz.
Un pensionista gallego navegó en solitario cerca de 45.000 millas, el equivalente a dos veces la vuelta a la Tierra, por diversos océanos incluido el circulo polar Ártico y el Antártico chileno, a bordo de un velero que él mismo adaptó para el periplo, sin ningún tipo de patrocinio. Jesús Leiro López, Suso, como le conocen sus amigos y familiares, originario de la localidad de Portonovo, en la ría de Pontevedra, decidió hace diez años embarcarse en la aventura de surcar los mares en solitario, tras un accidente en la cadera, que puso fin a su labor profesional y la posterior implantación de una prótesis. Después de haber navegado durante décadas en todo tipo de barcos, incluido pesqueros y mercantes, Suso compró un velero canadiense de ocho metros de eslora que poco a poco fue adaptando para un periplo que le ha llevado a enfrentarse a icebergs y hielo en el Ártico, a tres huracanes en el Atlántico al cruzar la línea del ecuador y a casi un naufragio en el estrecho de Magallanes.
"Yo no animaría a nadie a ese viaje, trataría más bien de quitárselo de la cabeza porque supone demasiados riesgos", dijo Suso a Efe, y confesó que "si tuviera que hacerlo ahora, a los 65 años, no lo repetiría".
Cuando se embarcó en esa aventura tenía 55 años, de manera que aprovechando sus conocimientos y su experiencia adquirió el velero "Finesse" y lo reforzó "con el mástil de doble apoyo para evitar averías y disponer de más seguridad y resistencia", dijo. Progresivamente fue adaptándolo a sus necesidades con varios equipamientos, algunos de ellos de invención propia, que culminaron con un refuerzo de la proa contra el hielo para su última aventura, cuando salió de las costas gallegas y recorrió parte del círculo polar del Ártico.
"En varios puertos de Irlanda, Finlandia y Groenlandia me decían que no lo iba a conseguir" por no estar suficientemente equipado, señaló Suso, quien sin embargo prosiguió y logró su objetivo.
"Muchos familiares me desaconsejaron que hiciera ese viaje, con toda honestidad, incluida mi esposa e hijos. Me decían que teniendo las rías gallegas para navegar, por qué tenía que aventurarme en esa locura. Ahora están muy contentos de que esté de nuevo en casa", indicó Suso. Inicialmente, su periplo comenzó en las rías gallegas, para luego proseguir con viajes por el Atlántico y el Mediterráneo, porque "para navegar por el mundo hay que estar muy preparado", advirtió. Pese a no haber cruzado nunca el Atlántico en velero, aunque si en mercantes en los que trabajó, Suso se lanzó en un periplo desde Galicia hasta Argentina para visitar unos familiares, proseguir por el Estrecho de Magallanes, subir por el Pacífico, atravesar el Canal de Panamá y regresar de nuevo a Europa.
"En dos ocasiones el velero fue tumbado por olas, pero volvió a reequilibrarse", comentó este navegante solitario que reconoció: "aunque nado bien, tengo miedo a volar a las profundidades marinas".
En una de sus travesías "en plena tormenta, un viento huracanado me partió el obenque, perdí la voladura y estuve a punto de quedarme sin mástil. Por suerte estaba en cubierta y reaccioné rápido, de manera que largué la escota al momento y la vela no me tumbó el mástil", señaló.
"Sentí como una explosión mientras estaba envuelto en un remolino de viento, como un disparo en el que notas como miles de kilos de presión que pueden sesgar tu vida", dijo.
"Mi viaje acabó bien de casualidad", comentó Suso, quien afirmó que para lanzarse a ese tipo de aventuras en solitario es necesaria mucha experiencia y conocimiento de la navegación y una gran dosis de riesgo, porque "hay que estar continuamente en estado de alerta, las 24 horas del día, ya que te juegas la vida cada minuto". Suso reconoció que su tenacidad no ha sido siempre considerada en su casa, ya que "cuando me propongo algo, tengo que pelear incluso contra mi familia, aunque luego acaben reconociendo" que navegar, algo que conoció desde su infancia", es una pasión contra la que no hay remedio.
Las aventuras de Suso figuran en un libro titulado "El navegante solitario, el hielo y el mar", publicado hace una par de meses con ayuda de la escritora Alba Nélida Paz.
Xavier Barros Santiago de Compostela, 15 ago (EFE).-
2 comentarios:
A Suso Leiro, coñecemolo por aquí abaixo, onde xa ten saido na prensa, e ademais, a súa irmán pois esta no mundo da Cultura Maritima, polo que xa temos coñecemento das súas hitorias, de feito agora que o penso sorprendeme que non sexa mais coñecido.
Unha aperta.
Fernando
Culpa miña, Fernando, que se me pasasen as historias de Suso Leiro, aínda que talvez tampouco tivo demasiada cobertura na prensa.
Núnca é tarde se á devandita é boa.
Apertas.
Publicar un comentario