viernes, 2 de noviembre de 2007

COMIENZA LA "BARCELONA WORLD RACE"

El próximo 11 de noviembre arranca la Barcelona World Race. Nueve barcos de la que ahora se denomina IMOCA (Internacional Monohull Open Classes Association) OPEN 60, de los cuales tres con patrocinador y tripulantes españoles, para recorrer más de 25.000 millas alrededor del mundo y sin escalas.
De nuevo una gran regata que sale de España, de nuevo otra regata de vuelta al mundo, nuevamente hay participantes españoles… pero una peculiaridad. No se puede decir que sea una regata de vuelta al mundo en solitario, aunque casi. Tampoco se trata de una prueba con tripulación, o si. En esta ocasión cada barco irá tripulado por dos navegantes, así que si hay tensiones a bordo no se podrán hacer grupillos de coleguillas, y por lo tanto, como dijo Manquiña… “vamos a llevarnos bien, sino va ha haber ondanadas de hostias…”

“Y vivieron felices para siempre..." ¿Realmente? Josh Hall, distinguido navegante que ha hecho la vuelta al mundo y veterano de la Transat a dos, da su opinión sobre el tándem patrón-copatrón embarcados en el mismo barco, en lo bueno y en lo malo.

Sopla un fuerte viento de tormenta por detrás. El granizo y la nieve caen en tu espalda con tal fuerza que no puedes disfrutar del tiempo. Probablemente mejor, porque las olas son de hasta 15 metros y no puedes permitir que tu mente se congele de miedo delante de estas paredes de agua. Tus manos se congelan en el timón, tus pies parecen bloques de hielo mientras guías tu barco de 20 metros hacia el Este a una velocidad vertiginosa. En estas condiciones, el barco parece una plancha de surf de 2,5 millones de euros. Tu copatrón, el único otro ser humano en muchos y muchos kilómetros a la redonda, no tiene guardia y está intentando dormir en una litera de fibra de carbono que parece que su misión en la vida sea sólo lanzarte contra el suelo mientras el barco va arriba y abajo y de un lado en el otro buscando su camino a través de la inmensidad del océano antártico. Es una noche negra, sin luna y sólo se ve una reminiscencia de luz verde en el horizonte. Pero aquello no es ningún santuario, es la luz reflejada del gran bloque de hielo Antártico sólo a unos cuantos miles de kilómetros. De hecho, sólo sirve para recordarte lo lejos que estás de casa.Dentro, donde la velocidad y movimientos del barco se acentúan aún más, tu copatrón debe pensar que estás enfadado por forzar el barco de esta manera. Pero no dice nada, no se ha molestado en sacar la cabeza para comentarlo, así que ¡ya le debe estar bien! Estamos asustados y a la vez emocionados. Los dos hemos escogido estar aquí. Tus sueños son las pesadillas de la mayoría de las personas, pero vives para eso, adrenalina 24 horas 7 días a la semana como representa la Barcelona World Race. Hemos decidido estar aquí, así que no se toleran las quejas. Compruebas la hora en tu reloj, sólo 10 minutos más y será el momento de hacer una pausa. Saldrá tu compañero. Los turnos establecidos son dos horas fuera, dos horas dentro. Sólo cuando se tienen que hacer cambios de vela es importante que los dos estén en cubierta para ir más rápidos y, sobre todo, por seguridad.

Escoger el copatrón para una regata sin escalas a dos alrededor del mundo es probablemente la decisión más importante a tomar en todo el proyecto. Claramente, esta persona tiene que ser una marinera excelente con aptitudes prácticas y técnicas, pero eso no es suficiente. Se estará más de 80 días juntos en un espacio vital no mayor que un cobertizo de jardín y atravesando algunas de las regiones más hostiles del planeta. Las condiciones durante la regata variarán del calor intenso y debilitante de los trópicos, donde no hay manera de escapar del sol abrasador, al a veces mísero y frío océano antártico.Equilibrar estos duros desafíos será casi uno de los retos más inimaginables: hacer ir el barco a toda máquina, noches magníficas con una estela fosforescente bajo la vía láctea o la satisfacción inmensa de conseguir un golpe táctico contra tus competidores. En esencia, los momentos álgidos estarán muy arriba y los bajos muy abajo. Ver cómo reacciona tu copatrón en estas montañas rusas emocionales será tan importante para el éxito de la regata como sus habilidades técnicas. Los Open 60 tienen uno de los mejores diseños como barco, pero paradójicamente la tarea de equilibrar la carga es de las más difíciles que uno puede imaginar. Cambiar una vela que dejaría a una tripulación de diez agotada, tiene que llevarse a cabo por las dos únicas personas a bordo. Hasta once velas diferentes, que pesan más de 70 kg, tienen que ser correctamente izadas, arriadas, guardadas en sus fundas o apiladas en la parte del barco donde su peso sea más ventajoso. El proceso de cambiar una vela o mover las velas que no se utilizan no se emprende a la ligera ya que exige mucha energía, la equivalente a una hora a tope de ejercicio duro en el gimnasio. También exigirá trabajo en equipo, se tiene que ser rápido e intuitivo. Los mejores equipos apenas necesitarán pronunciar palabra mientras ejecutan cada maniobra. Un sí con la cabeza o uno pulgares arriba serán sustancialmente más eficaces que un grito en contra del viento.

El equipo duerme una media de sólo 6 horas cada uno por cada 24 horas. Lo que rompe principalmente el sueño es la necesidad de cambios de vela, problemas en cubierta, la necesidad de descargar datos del tiempo o cargar material para medios de comunicación. El cansancio será un factor constante y como todos sabemos, la gente cansada toma malas decisiones. Siendo conscientes de esto, será necesario hablar de cada decisión importante con mucho detalle, comprobar y volver a comprobar los datos para evitar posibles errores. ¡No hay nada más desmoralizante que hacer un gran esfuerzo por cambiar una vela para darte cuenta de que has puesto la equivocada!

El cansancio es también el mejor amigo de la impaciencia y el mal humor, es por eso que un equipo que normalmente se lleva bien se tendrá que enfrentar a momentos durante la regata donde se caldeará el ambiente. Es sobradamente sabido que los copatrones discuten hasta al punto de enfrentarse el uno al otro, llegando a encarar los puños. Podría ser sobre una decisión táctica o incluso por sobre quién se ha comido el último curry de pollo sin compartirlo. En este escenario, lo mejor será no haber escogido a un compañero que tenga como hobby el boxeo, mucho mejor tener alguien que sepa volver rápido a la normalidad después de un desacuerdo. En el fondo, sin embargo, el factor más importante en su relación tiene que ser la confianza porque su vida está a manos de su copatrón. Esta confianza sólo se puede ganar a través de miles de kilómetros navegando juntos, durante el entrenamiento y compartiendo momentos de peligro. Encontrar a la persona correcta para compartir un desafío como la Barcelona World Race no es nada fácil. Será casi seguro que el tándem ganador será el más armonioso. Las cualidades necesarias son esencialmente tener talento, tener un objetivo claro, ser técnicamente competentes, ser considerado con los pequeños detalles, tener un temperamento equilibrado y ser capaces de llegar hasta el fondo, tanto física como mentalmente. La persona que se apunte tiene que no sólo querer seguir este tipo de desafío sino que lo tiene que desear profundamente. A mitad del camino alrededor del mundo, tu copatrón aparece a tu lado 5 minutos antes de su guardia. Te pasa una taza de té azucarado y te coge el timón. Te comenta que el último informe de posición muestra que estás unos kilómetros por delante del resto. Te sugiere que necesitas ir dentro y descansar un poco porque habiendo descargado los últimos datos de tiempo, parece que será necesario otro cambio de vela antes de que apunte el día. Bajas, ves que ha ordenado la cabina y ha dejado la mitad del último curry de pollo calentándose en los fogones.¡A mitad del camino alrededor del mundo, te das cuenta de que tienes la persona correcta a tu lado!

Así las cosas, estas son nuestras parejas bien avenidas y sus barcos:
Guillermo Altadill, sin duda el más experimentado en estas lides, acompañado del norteamericano Jonathan McKee, a bordo del "Estrella Damm", decorado floridamente por el barcelonés Custo Dalmau.Albert Bargués, que tras colaborar en la sombra con Jose Luis Ugarte y de una frustrada participación propia, parece que va la vencida. Le acompaña la francesa Servanne Escaffier a bordo del "Educación sin Fronteras", antiguo "KingFisher" de Ellen McArthur. Javier Sansó, a ver si su nombre de pila le trae más suerte que en anteriores intentos bajo el apodo de "Bubi". Formando parte de la única pareja totalmente española, le acompaña Pachi Rivero, que tras muchos años dedicándose profesionalmente a la vela, parece que ha dado el gran salto a bordo del "Mutua Madrileña".
Esperemos que en esta edición lleguen todos sanos y salvos, sin hundirse ni romper, como viene siendo habitual en alguno de los participantes.







1 comentario:

caius dijo...

He visto la salida, chincha y rabia, que tú no.