Una vez rematada la travesía para traer el barco hasta Baleares aún quedaban algunas tareas por hacer.
Empezamos por solucionar el problema del agua de condensación del aire acondicionado. Tras levantar casi todos los paneles del interior, redistribuimos y reajustamos la instalación de drenaje de agua de condensación de los cuatro equipos de aire acondicionado de a bordo. Por otro lado se solucionó también la pequeña filtración de agua que se producía por uno de los pernos de la orza y se revisó la mecha del timón. Por último, cambiamos el aceite al motor, se rellenaron los depósitos de líquido refrigerante y se remataron algunos paneles de aislamiento acústico de la caja del motor, además de algún que otro pequeño detalle.
Un par de días después de arribar a Palma, se fue también el armador y nos quedamos solos el barco y yo.
Permanecimos amarrados en los pantalanes de Yates Alemanes, por cortesía de John Rossbach, en el Club de Mar de Palma. Tiempo que aproveché para hacer alguna comprilla y arreglar algunas gestiones personales por Palma. El resto del tiempo permanecía agazapado en la madriguera al amparo del aire acondicionado, saliendo a respirar sólo cuando Lorenzo empezaba a suavizarse.
Dos cosas me llamaron la atención. Por un lado, como siempre que caigo por estos lares, un vistazo a la impresionante flota del “moneypower”. Ostentosidad de mal gusto, en algunos casos, desde mi punto de vista.Bichos impresionantes que rara vez se ven navegando y que hacen que cualquier barco de menos de 80 pies parezca una cascarilla. No obstante, al cabo de un par de días se ven ya con cierta “normalidad”. También se puede ver alguna joyita de la navegación oceánica, barcos clásicos perfectamente conservados, barcos de diseño peculiar y barcos pequeños que parecen tener que pedir permiso para flotar a los grandullones. En definitiva, como en botica, hay de todo. Barcos pequeños, medianos, grandes y muy grandes, todos al amparo del mismo puerto.
Por otro lado, hablando con los responsables de empresas locales de charter, y con lo que he podido observar yo mismo, me llama la atención, hablando en general, el bajo nivel marinero del personal que alquila barcos sin patrón.
En el poco tiempo que llevo aquí, han tenido que sacar de las rocas dos barcos de 40 pies por haber fondeado mal, un 50 pies que destrozó la proa contra un pantalán de hormigón, navegando a 7 nudos… amén de las desastrosas maniobras de atraque y desatraque que pude observar. Realmente creo que los de las empresas de chárter le echan unos huevos… al alquilar barcos sin patrón… No me extraña que se mire con recelo a los barcos de lista 6ª. Aunque supongo que hay de todo, son estos casos los que más llaman la atención.
El viernes por la mañana tuve que abandonar el amarre y me dirigí al otro lado de la bahía, navegando a vela, sólo con el Génova, a unos 4 - 6 nudos. Echaba de menos navegar solo (eso no quiere decir que no me guste también navegar en buena compañía, eh! ;-).
En un par de horas llegué a Cala Blava, donde hay boyas de fondeo gratuito. Estuve tentado de seguir navegando por la bahía disfrutando de los 12-15 nuditos de viento del SW que reinaron durante todo el día, pero finalmente preferí asegurarme una boya.
Por el camino, eché un pequeño “pique” con un Ketch ruso, hasta que arribé para dirigirme hacia el fondeadero. Recogí el génova, encendí el motor y enfilé hacia una de las boyas blancas (hasta 15m.). Detuve la proa al lado de la que más me gustó y me fui a proa con el bichero, pasé una amarra por su gaza y en pocos minutos quedé perfectamente fondeado. Al rato llegó en la neumática el encargado de las boyas, un hombre verdaderamente amable, rellené un impreso y ya está. Así da gusto. Permaneceré aquí fondeado en principio hasta el domingo.
Esta bien esto de las boyas. Aunque se puede reservar boya a través de la página web: http://www.balearslifeposdonia.eu/ o telefónicamente llamando al 902 422 425, si llegas y hay boyas libres tampoco hay problema.
Por la noche, la mayoría de los barcos que estaban a mi alrededor desaparecieron (“Paellers” les llamó el hombre ;-), sólo permanecimos en el fondeadero cuatro o cinco barcos.
Entre lectura, dibujar, escribir y demás pasó la tarde. Al anochecer me preparé unos huevos revueltos con champiñones y bacon, volví a ver El Gran Azul, esta vez en su versión íntegra, y después estuve un buen rato en cubierta, mirando al cielo mientras fumaba un pitillito. Me encuentro tan a gusto que a veces me llega a molestar (¡?!)
2 comentarios:
HOLA SOY MALEA Y BUSCO BLOGS INTERESANTES Y ME GUSTARIA QUE VIESES ESTE A VER QUE TE PARECE,ME GUSTA MUCHO EL TUYO Y COMO NO TENGO POSIBILIDADES DE NAVEGAR NI DE TENER ALGUN DIA UN VELERO PARA PERDERME LO MAS FACIL ES SOÑAR:
http://sailingalea.blogspot.es/
Muchas gracias Kolo.
Ultimamente me estoy moviendo entre Ibiza y Formentera, y aquí utilizan estos impresionantes superyates (tanto de vela como de motor)solamente para moverse entre las dos islas (aprox. 12 millas). Demasiada alforja para tan corto viaje ;-)
La capacidad de impresión se me va acabando. La verdad es que ya estoy un poco saturado de tanta "megaleche" y tanta ostentosidad.
Un saludo desde este lado del charco ;-)
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