Este pasado fin de semana un temporal ha afectado a la flota de la regata Volvo cuando se encontraban frente a las costas de Filipinas. Los vientos de entre 40 y 50 nudos castigaron a los participantes y las olas, de hasta 15m en el caso del Telefónica Azul, hicieron el resto. El resultado fue que tres de ellos (Puma, Green Dragon y Delta Lloyd) buscaron refugio en la costa, fondeando para reparar los daños ocasionados, el Telefónica Negro tuvo que retirarse al romper el barco cuando se encontraban en segunda posición, mientras que los dos Ericsson intentaban seguir la estela de un Telefónica Azul que se marchaba, metiendo millas de por medio, en cabeza de la regata, en una etapa de marcado color español, no sólo por las posiciones, sino por que nunca antes hubo tantos tripulantes de esta nacionalidad. Y eso que alguien, al principio de la regata, pronosticó que esta edición sería más “suave” que otras por no bajar tanto a las latitudes del sur…, menos mal. No dudo que las condiciones que han encontrado hayan sido duras, pero los hechos me llevan a hacerme una reflexión.
Desde que existe esta regata, los participantes se han enfrentado a fuertes temporales, incluso con desaparición y fallecimiento de algunos tripulantes, pero los barcos creo que aguantaban más “caña” que los de ahora, pensados sobre todo para conseguir velocidades de vértigo.
Me da la sensación de que se ha intentado domesticar demasiado una regata que, por definición, es dura. ¿Se está acaso perdiendo el respeto a la furia del mar? ¿Están estos barcos preparados para enfrentarse a las condiciones de los océanos a esas velocidades?
Ahí están los hechos, cuando la mar y el viento se ponen bravos, la mayoría de los barcos se rompen. Afortunadamente, por ahora, sólo los barcos, ya que a nivel de seguridad personal parece que las cosas sí han ido a mejor.
En cualquier caso buen papel están haciendo los españoles en esta etapa.
2 comentarios:
Las tempestades impresionan desde tierra, pero desde el mar son aterradoras, verdad?
Un fuerte abrazo blogueiro
Pues sí, Mar, desde luego es el peor sitio para estar durante una tempestad, pero si te pilla y la superas después llega una sensación de alivio y satisfacción muy intensa. Aún así mejor en casiña ;-)
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