De todas formas dicen que “querer es poder”, y si no podemos es que en realidad tampoco lo deseábamos tanto. Al final se torna en una cuestión de valor. Valor en dar el salto, en dejar la seguridad, laboral y familiar, arriesgándose hacia lo desconocido. Valor para esforzarse en conseguir lo que soñamos. Pero si no soñamos, el valor no sirve de nada.
Volviendo al barco ideal, en mi caso, pienso en un barco de unos 55 pies, envergadura como para tener autonomía, seguridad y confort suficientes, pero que pueda manejar, si fuera necesario, yo solo. Diseño intemporal, tirando a clásico. De desplazamiento medio, rápido pero no planeador, y sobre todo sólido.
El aparejo ketch me gusta, es versátil y reparte la superficie vélica haciéndola más manejable.
El material del casco lo tengo menos claro. Madera con resina, aluminio, o incluso una buena fibra… no sé, habría que verlo.
Para no entrar en detalles, mejor poner unas fotos del que podría ser mi barco ideal.







Seguramente influenciado por la lectura de los libros del maestro Moitessier, que dijo: “Sigo, sin hacer escalas, hacia las islas del pacífico, porque soy feliz en el mar y quizá para salvar mi alma”.
Y es que el mar invita a soñar… y al fin y al cabo, como decía Calderón de la Barca (nombre marinero donde los haya), la vida es sueño.
Y es que el mar invita a soñar… y al fin y al cabo, como decía Calderón de la Barca (nombre marinero donde los haya), la vida es sueño.

Bernard Moitessier
3 comentarios:
si es tu sueño espero que lo consigas!!!
“Sigo, sin hacer escalas, hacia las islas del Pacífico, porque soy feliz en el mar y quizá para salvar mi alma”. Por qué me ha gustado tanto esa frase Jorge? Por qué cuando estoy en el mar siento ese vértigo, esa libertad dolorosa, esas ganas de que nadie se acuerde de mí? Es egoismo? Me curaré algún día? Me quiero curar? La vida es sueño, malheureusement...
jorge ya sabes que yo me voy contigo de cabeza ;)
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