Llevamos desde la tarde de ayer fondeados frente a la Colonia Sant Jordi, al sur de Mallorca y delante, a unas 11 millas de la Isla de Cabrera, a bordo del “Bering”, un Wauquiez 37.
Después de una, por momentos accidentada, travesía desde Ibiza, de donde zarpamos el armador y yo a las 05:00h con poco viento. A las 3 horas de travesía se paró el motor. El armador, que ya tiene práctica en estos menesteres, limpió los prefiltros y le metió un chute al tubo del circuito del gasoil con aire comprimido de una botella de buceo, con lo que desatascó los posos del conducto y el motor volvió a funcionar. (Reparaciones al estilo Bogart en la Reina de África).
Según avanza el día el viento va aumentando hasta permitirnos navegar casi en popa con el génova, la mayor y la mesana, a unos 6 nudos al principio, casi 8 al final, aunque ayudados por el motor. Bueno, el motor no ha vuelto a fallar y con este vientecito malo será…
A falta de unas cinco millas para llegar a la Colonia Sant Jordi comprobamos que las panas del interior flotaban y que teníamos una vía de agua sin localizar.
Afortunadamente el día antes el armador había embarcado una bomba de achique a 220 v. de un tamaño considerable (no recuerdo de cuántos l/min.) que enchufamos al inversor, permitiéndonos achicar gran cantidad de agua, y aún así prácticamente sólo podía hacer que el nivel de agua en el interior no siguiera subiendo, pero apenas lo hacía bajar.
A decir verdad, la primera vez que me enseñó la bomba pensé: “mira que embarca cosas este hombre, si el barco ya parece un “drugs-store”.
Localizamos la vía de agua, junto a la bocina del eje, en la salida del casco formaba un cilindro de fibra cuyo remate se había ido descascarillando dejando entrar el agua a bastante presión, con lo cual las grietas se iban agrandando y dejaban entrar cada vez más agua. Demasiada.
Lógicamente al armador la situación le puso algo nervioso, aunque sólo se le notaba al hacer algún nudo, aún así tuvo la templanza suficiente como para hacer algunas fotos (Por cierto, Jesús, si lees esto a ver si me las envías ;-) ¿Qué hacemos si no conseguimos pararla? Contesté: si perdemos el barco, mejor donde haya poco fondo, y no falta mucho para llegar a la costa. ¡Perder el barco?... Me dejas más tranquilo ;-)
Afortunadamente también a bordo había un poco de masilla epoxi de dos componentes, que tras amasarla se puede aplicar bajo el agua y en una media hora adquiere dureza suficiente para taponar casi cualquier vía de agua. (en estos casos da gusto navegar en uno de esos barcos que llevan de todo, me alegro de que pareciese un “drugs-store”). Hicimos una reparación de emergencia con el poco de masilla que había, rodeada de unas tiras de trapo de cocina, rodeada a su vez de unas vueltas de piola para apretar bien y rematado con cinta americana, apretando con las manos un buen rato mientras endurecía e iba bajando el nivel de agua. Momento en que arribamos al fondeadero de la Colonia. Subimos a cubierta, enrollamos el génova, nos aproamos, arriamos la mayor y fondeamos, dejando izada la mesana.

Estoy sentado en una silla baja de playa sobre la cubierta de popa, con los pies en alto apoyados en la barandilla de madera mientras me fumo un cigarrillo.
La noche es… uff, menuda noche. La mar plana, calma, salvo una leve brisa que sopla de tierra y que trae el sonido de la música que entona la orquesta de las fiestas locales.
Sólo hay una uña de luna, que ya se ha puesto, y muchas, muchas estrellas.

Al cabo de un rato llega a bordo el resto de la tripulación que componen la “expedición”, (y digo expedición por llamarlo de alguna manera, ya que se trata de ir a buscar a Cabrera un hidroavión Dornier Wall que se hundió en el archipiélago en julio del 36), formada por Iren Dornier, nieto del diseñador y constructor, entre otras maravillas de la ingeniería, del famoso hidroavión hundido, gemelo de los aún más famosos “Plus Ultra” y del que utilizó Amudsen para sobrevolar el Polo.


También ha embarcado un grupo especializado en estas cosas compuesto por un director de equipo, dos buzos y un técnico, con un para mí algo sofisticado equipo. Además contamos con la inestimable ayuda del entrañable Lluis, presidente de la cofradía de pescadores de la Colonia Sant Jordi, prototipo del viejo pescador mallorquín simpático y buena gente, conocedor del lugar del pecio descubierto por su padre. Completamos la tripulación, como he dicho, el armador, Jesús, antiguo y buen amigo, y un servidor como patrón.
Los buzos, Titolo y David, han salido rápido hacia Cabrera, a bordo de su neumática, mientras a nosotros nos llevará una hora y pico llegar hasta la isla.



Lunes 31 de julio. A primera hora zarpamos de nuevo hacia el archipiélago de Cabrera, y otra vez los buzos se adelantan para recargar las botellas con el compresor que hay en la base del Puerto de Cabrera.



Increíble el color azul intenso de estas aguas, alucinante sensación bucear entre las burbujas, brillantes como perlas, que suben desde el fondo, donde están los buzos. Lástima no tener una cámara submarina en ese momento.

Emprendemos la vuelta a tierra, y tenemos la suerte de avistar su barca. Rápidamente ponemos proa hacia él con el barco, y los buzos salen también a su encuentro con la neumática. El pobre Joan se asusta un poco al principio creyendo que lo íbamos a abordar. Nos mantenemos algo apartados para no avasallarle y dejamos que sean Titolo y David, los que hablen con él.

A la mañana siguiente localizamos el boyarín que nos ha dejado Joan y tras dar un par de pasadas con la sonda parece que efectivamente hay un bulto en el fondo a 37m.


Esta vez volvimos pronto, aprovechando para conocer alguno de los islotes del archipiélago.
Después de la cena nos despedimos del grupo. El armador y yo volvimos al barco y zarpamos rumbo al Tomás Maestre, puerto base del barco, en la Manga del mar menor.
Por fin llegamos a la Manga a las 10:00h, justito y por los pelos para coger abierto el puente del canal de entrada al Tomás Maestre.
He de decir que para mi resultó una experiencia diferente, interesante y de la que he aprendido bastante. Gracias, Jesús. (Esto suena a ofrenda religiosa ;-))
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