domingo, 6 de mayo de 2007

Una Colaboración especial

MI PRIMERA TRAVESÍA

Todo empezó en la manchega llanura un día de junio, cuando mpm me dijo; este fin de semana me voy, tengo que traer un barco desde Formentera, me quieres acompañar?
Y pensé; quién yo? Si no sé nada de barcos, si soy manchega de pura cepa, si mis únicas experiencias, por llamarlas de alguna forma, han sido las patinetas de las Lagunas de Ruidera, el vaporcito de Cádiz y una buena caminata en compañía de dos buenos amigos buscando Puerto Sherry!!!
Pero respondí: claro que si!, y pensé, Dios, esto no me lo puedo perder; y de repente me dio un subidón y estuve varios días como flotando, imaginando como podía ser lo de navegar; en fin como un niño a la espera de sumergirse en una experiencia nueva e inolvidable!
Así, una mañana de viernes, salimos de Ciudad Real hacia Denia para coger un ferry que nos llevaría hasta Baleares. Como íbamos mal de tiempo y nos equivocamos de carretera, el viaje en coche fue más que rapidito (menos mal que no existía el carné por puntos… je je) y la subida al ferry fue espectacular, como de película de acción, ya estaba casi zarpando y levantando la pasarela cuando subimos corriendo de un salto; uff por los pelos!!! (no es coña) casi nos quedamos en tierra!!!
La travesía en los dos ferrys fue bastante tranquila, y yo ni que decir tiene, iba emocionadísima; que bien esto del ferry! Cómo será ver un ferry desde un velero y cómo será….y cuando me quise dar cuenta estábamos en Formentera, en La Sabina, en tierra; antes de seguir la aventura, una buena cervecita fresquita y un pincho de tortilla!
Acto seguido llamamos al armador del “FastFe” y en un plis plas estábamos delante del barco; ohhh!!! Cuantas emociones otra vez! Me va a dar un tabardillo! No doy de si para mirar todas las cosas del barco, el corazón se sale de emoción…!, y tras dejar las cosas en nuestro camarote nos dimos una buena ducha y nos dispusimos para disfrutar una noche inolvidable en tierra!!!
El día siguiente fue soleado y bonito, y después de un buen desayuno y una ducha para la resaca y el cansancio fuimos a comer a un lugar con unas vistas de la isla, maravillosas, acompañados del armador, su hijo, y dos amigos, hippis lugareños de pura cepa, de los que llegaron a la isla antes que el turismo y el consumismo, y a los que le debemos ( bueno, a uno de ellos) la letra de la canción “Depende” de Jarabe de Palo, o por lo menos eso se rumorea en la isla. Yo no pude disfrutar de la comida y me fui al barco a descansar, tenia que estar en perfectas condiciones porque esa noche salíamos con el barco!!!
Y por fin llegó el momento tan esperado, nos vamos de las islas, todos a bordo que zarpamos! ;-) Pero, hay un contratiempo, tenemos que remolcar a otro velero hasta Moraira. Bueno reunión de tripulantes; hay que estudiar las maniobras para zarpar y recoger al otro barco, y cuando ya está todo estudiado y hablado, manos a la obra que zarpamos!!! Que emoción!!!
De repente algo va mal; yo no tenia ni idea de que pasaba pero oí los gritos del armador diciéndome; vete a babor y empuja que chocamos con un barco! Y yo; a babor?, en fin, pusimos punto muerto y vieron qué le pasaba al mando del motor, pues la marcha atrás y avante no iban bien, ambas daban avante. Pero no era de extrañar, pues las había arreglado un librero de la isla que “sabia algo de mecánica” (creo que había leído un libro sobre el tema) y al parecer la chapuza no había salido bien.( yo aun no lo sabia, pero las chapuzas y averías son toda una tradición en el “FastFe”, como pude comprobar en otras travesías). Bueno, pues habrá que pensar otra vez qué hacemos, así es que después de mucho discutir y mirar el motor y las marchas, decidieron cómo hacer para poder sacar el barco del pantalán recoger al otro barco y zarpar sin dar mucho el cante; menos mal que ya era de noche y apenas había curiosos en le puerto!
A mi me encargaron una tarea sencilla en la complicada maniobra, y yo sin rechistar, que ya se sabe que donde hay patrón no manda marinero!
Y por fin y de verdad, al final conseguimos nuestro objetivo; qué cara de alivio se les quedó a los tres, yo tan feliz; estoy en un velero rumbo a Moraira! La travesía fue estupenda y tranquila, tal vez algo aburrida para los veteranos, pero para mi fue fenomenal, disfruté como una enana, solo me faltó ver delfines, pero eso tuvo que esperar un tiempo! Después de toda una noche y una mañana por fin llegamos a puerto y atracamos sin ninguna dificultad, pese a las dudas de los tripulantes. Un algo de picar para comer y vuelta a los coches y la Mancha.
Ya en el coche recordaba todo lo vivido y no me lo podía creer, y aun hoy sigo recordando mi primera travesía con un cariño especial!!!
Mal sabía yo, todavía, que la siguiente iba a ser tan diferente…

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Creía que eso del mar y los barcos era para ti algo un poco obligado y que tus pinitos de navegación eran como un mal menor...como por ser condescendiente, vamos.
Hoy que te has estrenado como navegante "internáutica" me ha parecido apreciar que no, que se te ha empezado a contagiar la enfermedad y que cuando consigas superar la adición a la biodramina vas a disfrutar cada vez mas con la navegación...me alegro la mar.
El haber nacido a 300 km de la costa(pero no en una isla sinó hacia adentro) condiciona un poco, pero sólo al principio, que se lo digan a Don Álvaro de Bazán, que nació en Granada y después de recorrerse todos los mares le hicieron marqués por tu tierra.
Además la Mancha y el mar tienen mucho en común. ¿No hay similitud entre las infinitas llanuras manchegas y la inmensidad del mar?...¿No hay velas en las aspas de los molinos?...y ¿Que son las migas sinó un salpicón de interior?...o ¿Porqué se llama como se llama ese famoso canal?... y no voy a decir que la gaviotas son como perdices de primera comunión poque sería exagerar los parecidos, no?
Un bico. Genin

caius dijo...

Si es que el que nace mar adentro ya se sabe, pero que sepas que siempre tendrás un lugar en el desafío manchego. Por cierto, como no hemos podido sacar del fondo del Vicario a Calvileño I, hemos comenzado la construcción de Calvileño II, esta vez reforzando el casco con unos bidones de CS de 200 kg que encontramos en los alrededores de la refinería de Puertollano. Lo buneo es que no se van a oxidar, porque ya lo están. A navegar, leches!