martes, 31 de julio de 2007

TODO LO QUE BAJA SUBE, O LA LEY DE MURPHY

Hace diez días que bajé este mismo barco, un 44´, desde Sada hasta Vigo con viento Sur, y ahora que he vuelto a subirlo, sopló un Norte de 20-25 nudos, lo que confirma el dicho según el cual los vientos predominantes en esta zona son DE PROA…( Art. nº 123 de la Ley de Murphy)
Tras una jornada de charter por la Ría de Vigo, a última hora del pasado sábado recogí a mi tripulante y zarpamos hacia las rías altas. Anocheció antes de que saliésemos de la ría bajo la vigilancia de una esplendorosa luna casi llena que nos acompañó hasta el amanecer. En cuanto abandonamos la ría la mar se hizo notar, por lo que optamos por navegar con rumbo casi Norte buscando la protección de las islas Onza y Ons. Después de pasar el Canal de Los Camoucos puse rumbo a librar los bajos de Corrubedo saliendo entre las islas de Ons y Sálvora. El viento Nordeste se encañonaba por la Ría de Arousa hasta alcanzar puntas de 30 nudos, ciñendo a unos 6-7 nudos de velocidad.
Una vez sobrepasados dichos bajos apuntamos ya hacia Cabo Fisterra, que estaba a poco más de tres horas; tres horas que aproveché para echarme un sueñecito dejando de guardia a mi único tripulante.
La luminosidad de la luna permitía distinguir con claridad toda la costa y distinguir qué pueblos estaban de fiesta, marcados por los fuegos artificiales que nos ofrecían todo un espectáculo desde la lejanía. Una vez más los delfines también colaboraron a amenizar la travesía durante un rato.
Clareó tras el paso de Cabo Fisterra y antes de doblar Cabo Touriñán el sol asomó sobre las cordilleras, con luz blanquecina, suavizando el fresco del amanecer. Según íbamos corrigiendo grados hacia el Este el viento hacía lo propio, por lo que navegábamos en cerradas bordadas, buscando también la protección de los cabos. Antes de alcanzar Cabo Vilán un frente de nubes encapotó el cielo, tornando el color del mar en un gris plomizo, enfatizando el aspecto imponente del cabo, junto con la música de violonchelo que sonaba en mis cascos. Poco después de medio día embocamos el estrecho paso por el interior de las Islas Sisargas, después del cual volvió a lucir el sol, arreciando la mar y el viento en nuestro camino hacia la Ría de Ares, con numerosos rociones de agua fría que pese a la capota, en ocasiones nos llegaban a mojar. Todo cambió en cuanto entramos en el resguardo de nuestra ría de destino, quedando todo en un caluroso día de verano, obligándonos a despojarnos de nuestra ropa de aguas. Tras 19 horas de travesía entrábamos en el puerto de Sada a eso de las cinco de la tarde, cruzándonos con gente que salía a navegar en bañador para disfrutar de una cálida tarde de verano. ¡Qué microclima son nuestras rías!!!
P.D. A ver si para la próxima se puede navegar sólo a vela... ;-) depende de Murphy.

jueves, 26 de julio de 2007

El que lo prueba se engancha...

He recibido un correo en el que un amigo me describe su primera salida en solitario. Aún hace unos meses que hicimos su primera travesía juntos para llevar su nuevo barco, un viejo Arpege, el "ex Patexo" ahora rebautizado como "Avalón I", hasta su puerto base y ya se ha lanzado a probar las sensaciones de navegar en solitario... y lo "peor" de todo, ¡¡le ha gustado!!.
Lo comprendo perfectamente, y como me ha agradado su pequeño relato lo he subido al blog.
“El sábado pasado me animé a salir yo solo......QUE SUBIDÓN!
La verdad es que las circunstancias eran buenas, apenas 10 Kn, mar en calma, pero me sentí en la cima del mundo. Lo que más me preocupaba era atracar y desatracar, pero me lo tomé con calma, observé durante un buen rato los movimientos del barco al ir soltando amarras y lo dejé amarrado con dos springs hechos con la misma amarra y pasada por seno y salí sin problemas.
Después, atando la caña con una piola a la vía recogí defensas y navegué un rato a motor .Después desplegué génova. No me atreví a subir la mayor, porque había que meter los patines, pero navegué muy bien con el génova (4 Kn) y pude relajarme y disfrutar.
¡Qué sensación la de navegar en solitario! Me encantó estar yo solo con el barco.
Di unas vueltas, practiqué las viradas con la caña entre las piernas...todo de maravilla.
Al regreso, preparé un cabo con un chicote amarrado en proa y otro a popa. Conseguí dejar el barco parado en el atraque pero demasiado lejos del finger como para saltar. Dí atrás, volví a entrar y esta vez sí salté al finger con el cabo y lo amarré, para después ya poner bien las amarras definitivas.
Y así, feliz como una pandereta, terminó mi primera vez.”
Si en algo yo he tenido la "culpa" de esto, me alegro un montón, porque creo que es una sensación que merece la pena experimentar. ;-) ¡Enhorabuena! y la próxima vez, porque habrá próxima vez, arriba también con la mayor...

COMPAÑEROS HABITUALES DE TRAVESÍA

Nuevamente, hace unos días, se repitió la travesía entre rías altas y rías bajas, en concreto entre Sada y Vigo.
La climatología este verano por Galicia está algo inestable, pero a pesar de todo se puede decir que gozamos de buen tiempo, con una mar muy tranquila aunque con escaso viento. Lo máximo que llegamos a tener fue unos 10 ó 12 nudos de viento, y aunque hicimos un par de intentonas de navegar sólo a vela en seguida bajábamos de los 3 nudos de velocidad, así que tuvimos que conformarnos con navegar con génova, mayor y motor, a veces simplemente con motor y mayor. Por lo menos tuvimos mejor tiempo que en la travesía de unos días atrás, aunque durante la noche nos llegaron algunos chubascos aislados. Nos cayeron las gotas suficientes para mojar la cubierta un par de veces, pero pudimos apreciar chubascos más fuertes en la pantalla del radar. No obstante pudimos disfrutar de un bonito atardecer. Más tarde anocheció bajo la amenaza de oscuras nubes, entre las que se entremezclaba la luz produciendo imponentes efectos, que nos alcanzaban por popa y que en poco tiempo volvían a desaparecer. En esta ocasión también salimos tarde y nos anocheció pasadas las islas Sisargas, amaneciendo después de pasado Cabo Fisterra. La noche transcurrió tranquila, bajo la única iluminación de nuestras luces de navegación y la de miles de estrellas que a ratos se dejaban ver. A pesar de la bonaza de la mar, a algunos tripulantes les cogió el cuerpo atravesado, pero por la mañana, con sol, calma chicha y mar plano aparecieron los delfines, compañeros habituales de travesías que hacen olvidar mareos, sueño y tedio. No conozco a nadie que permanezca indiferente ante la presencia de los cetáceos.
Gracias al buen estado de la mar, a la transparencia del agua y a contar con un buen fotógrafo a bordo, pudimos retratarlos bien como se aprecia en estas fotos, cortesía de mi tocayo Jorge Cabanero. Entramos en la ría de Vigo con un estupendo día y un incipiente viento que para nosotros llegó tarde, pero pudimos disfrutar de un buenísimo almuerzo a bordo por cuenta de la familia de algún tripulante ;-). Después, como casi siempre, vuelta a la civilización urbana, donde ni el sol, ni el viento, ni el mar se aprecian de la misma manera.

domingo, 22 de julio de 2007

TORPE´S sailing ;-)

Estas imágenes de lo que parece una regata con tripulación familiar, mamá, papá, hijos y abuelo incluido, bien podrían pertenecer a una tripulación de paralíticos en una suma de despropósitos.
La que montan para hacer una simple trasluchada.
La poca agilidad de la proel, la falta de pericia de la timonel, y la inactividad y descontrol del resto de la tripulación hacen que una regata de domingo pueda convertirse en un pequeño desastre.
Buen ejemplo de como no deben hacerse las cosas...

miércoles, 18 de julio de 2007

navegando solo pola costa da morte

Video de cosecha propia hecho con la cámara de fotos durante una travesía el pasado Enero a bordo de un Kelt 7.5.
A ver si aprendo cómo ponerle música ;-)

lunes, 16 de julio de 2007

AGUA, NIEBLA Y FRIO.

A última hora de la tarde de este pasado viernes, tras una más que improvisada partida, zarpé, junto con cuatro tripulantes a bordo de un 50 pies, desde el puerto de Sada para bajar hasta la Puebla del Caramiñal, en la Ría de Arosa. Unas 100 millas. La previsión meteorológica no era nada halagüeña, vientos del Sur fuerza 4-5, marejada y mala visibilidad por brumas, nieblas y chubascos. Por desgracia se cumplió. Parece mentira que estemos a mitad de Julio, pero el Norte es así. Desde la salida navegamos con motor y toda la mayor debido al viento de proa, haciendo unos 6-7 nudos de velocidad, anocheciendo mucho antes de llegar a las islas Sisargas.
Durante las primeras horas de travesía el tiempo se contuvo, con claros, nubes, viento de unos 15 a 20 nudos del SW e incluso algunas estrellas. Fue antes de Cabo Vilán cuando el viento arreció hasta 25-30 nudos rolando al Sur, la mar creció y empezó a lloviznar, más tarde a llover. Gracias al tamaño del barco la navegación fue bastante cómoda y rápida, entre 6 y 8 nudos, debido además de al buen motor del barco a que el ángulo del viento nos permitía que portase la mayor. Pero la constante lluvia de proa con el transcurso de las horas nos hizo ir bien mojaditos, incluso que mi móvil “muriese ahogado” :(. El panorama era más propio del invierno, con la negrura que nos envolvía, viento fresco y agua persistente que apenas nos permitía mirar hacia proa.
Después de pasar Cabo Touriñán la niebla se fue cerrando, hasta el punto que pasando a unas dos millas de Cabo Fisterra no vimos ni su haz de luz, sólo el perfil de la costa y el “racon” del faro en la pantalla del radar. Apenas otro barco por la zona.
Al paso del cabo, comenzó tímidamente a clarear, puse un punto de destino en el plotter por fuera de los bajos de Corrubedo y me fui a dormir. Al cabo de algo menos de tres horas me desperté, justo llegando a la altura de los bajos. Doblamos el “Meixón de Vigo”, piedra sumergida situada entre la Isla Sagres y la Isla de Sálvora, para pasar por el “paso del Carreiro”, pegados al faro que se alza sobre las Piedras del Sargo.
A partir de ahí, ya dentro de la Ría de Arousa, con una mañana plomiza, el viento y la mar desaparecieron completamente, y la temperatura volvió a subir. Dejamos por babor la Isla Rua, isla rocosa del interior de la ría con su faro, y deslizándonos sobre un mar plano y brillante seguimos adentrándonos en la ría hasta doblar la Punta del Cabio y enfilar la bocana del puerto de la Puebla del Caramiñal. A ver si empieza el verano para navegar en atardeceres naranja y noches estrelladas con brisas cálidas…dándole tregua a la ropa de abrigo y al traje de aguas.

miércoles, 4 de julio de 2007

Dornas versus Drakkars

Este tipo de embarcación tradicional gallega, que aún se utiliza para la pesca en algún rincón de las rías, y que afortunadamente ha renacido para la práctica de la navegación a vela de recreo, es la única embarcación de origen nórdico existente en el Sur de Europa, sin duda un recuerdo de las incursiones de los "vikingos" a las aldeas costeras de Galicia. Su estructura de tablazón solapada y aparejo tan similares a los antiguos Drakkars vikingos, junto con la elegancia de líneas, que comparte con sus antecesores.















El pescador gallego de hace muchos siglos, hay datos para pensar que anterior al siglo XII, supo adaptar este "regalo" de la tecnología nórdica a sus intereses, creando una embarcación difícil de superar en su funcionalidad, facilidad constructiva y economía de materiales, y hasta nuestros tiempos nos ha llegado con lo que parecen ser variaciones mínimas. Con poco más que madera para tablazón y arboladura (de los bosques cercanos), clavos, unos pocos herrajes (del vecino herrero), unos metros cuadrados de paño, algo de cordaje, brea y aceite un carpintero de ribera amante de su oficio creará una obra de arte, ejemplo de lo mucho que se puede "sofisticar la sencillez". Si hubiese que definir la característica principal de las dornas, la simplicidad sería la más apropiada.
Nada falta, pero nada sobra.
En cualquier caso da gusto ver que en las rías gallegas, sobre todo en las bajas, cada vez es más frecuente ver la imagen de sus velas trapezoidales sobre el mar y que este tipo de embarcanción tradicional de aspecto ligero, delicado y sin embargo tan resistente, se va recuperando, evitando que esta parte de nuestra cultura marítima se pierda para siempre.


DRAKKAR

Todos tenemos la imagen de un barco vikingo. Pero quién ha visto alguna vez navegar a un Drakkar?
A los Drakkar, nombre que le pusieron los islandeses y que significa "dragón", los vikingos los llamaban Knörr o Snekkar.
Aquí vemos un ejemplo de una de estas maravillas de la ingeniería naval navegando. Poco que envidiar a los actuales de la America´s Cup ;-)