A última hora de la tarde de este pasado viernes, tras una más que improvisada partida, zarpé, junto con cuatro tripulantes a bordo de un 50 pies, desde el puerto de Sada para bajar hasta la Puebla del Caramiñal, en la Ría de Arosa. Unas 100 millas. La previsión meteorológica no era nada halagüeña, vientos del Sur fuerza 4-5, marejada y mala visibilidad por brumas, nieblas y chubascos. Por desgracia se cumplió. Parece mentira que estemos a mitad de Julio, pero el Norte es así. Desde la salida navegamos con motor y toda la mayor debido al viento de proa, haciendo unos 6-7 nudos de velocidad, anocheciendo mucho antes de llegar a las islas Sisargas.
Durante las primeras horas de travesía el tiempo se contuvo, con claros, nubes, viento de unos 15 a 20 nudos del SW e incluso algunas estrellas. Fue antes de Cabo Vilán cuando el viento arreció hasta 25-30 nudos rolando al Sur, la mar creció y empezó a lloviznar, más tarde a llover. Gracias al tamaño del barco la navegación fue bastante cómoda y rápida, entre 6 y 8 nudos, debido además de al buen motor del barco a que el ángulo del viento nos permitía que portase la mayor. Pero la constante lluvia de proa con el transcurso de las horas nos hizo ir bien mojaditos, incluso que mi móvil “muriese ahogado” :(. El panorama era más propio del invierno, con la negrura que nos envolvía, viento fresco y agua persistente que apenas nos permitía mirar hacia proa.
Después de pasar Cabo Touriñán la niebla se fue cerrando, hasta el punto que pasando a unas dos millas de Cabo Fisterra no vimos ni su haz de luz, sólo el perfil de la costa y el “racon” del faro en la pantalla del radar. Apenas otro barco por la zona.
Al paso del cabo, comenzó tímidamente a clarear, puse un punto de destino en el plotter por fuera de los bajos de Corrubedo y me fui a dormir. Al cabo de algo menos de tres horas me desperté, justo llegando a la altura de los bajos. Doblamos el “Meixón de Vigo”, piedra sumergida situada entre la Isla Sagres y la Isla de Sálvora, para pasar por el “paso del Carreiro”, pegados al faro que se alza sobre las Piedras del Sargo.
A partir de ahí, ya dentro de la Ría de Arousa, con una mañana plomiza, el viento y la mar desaparecieron completamente, y la temperatura volvió a subir. Dejamos por babor la Isla Rua, isla rocosa del interior de la ría con su faro, y deslizándonos sobre un mar plano y brillante seguimos adentrándonos en la ría hasta doblar la Punta del Cabio y enfilar la bocana del puerto de la Puebla del Caramiñal. A ver si empieza el verano para navegar en atardeceres naranja y noches estrelladas con brisas cálidas…dándole tregua a la ropa de abrigo y al traje de aguas.
3 comentarios:
Solo os faltó una invasión de abejas aturdidas. Piazo barco.
Las abejas han decidido irse a vivir a otra comunidad más estable, que aquí un año les queman la casa y otro las matan a frio y agua...
pues si que son listas estas abejas, ahora cuando venga el buen tiempo, ni se les ocurra aparecer, que aqui estamos a las duras y a las maduras je je !!!
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