El pescador gallego de hace muchos siglos, hay datos para pensar que anterior al siglo XII, supo adaptar este "regalo" de la tecnología nórdica a sus intereses, creando una embarcación difícil de superar en su funcionalidad, facilidad constructiva y economía de materiales, y hasta nuestros tiempos nos ha llegado con lo que parecen ser variaciones mínimas. Con poco más que madera para tablazón y arboladura (de los bosques cercanos), clavos, unos pocos herrajes (del vecino herrero), unos metros cuadrados de paño, algo de cordaje, brea y aceite un carpintero de ribera amante de su oficio creará una obra de arte, ejemplo de lo mucho que se puede "sofisticar la sencillez". Si hubiese que definir la característica principal de las dornas, la simplicidad sería la más apropiada.
Nada falta, pero nada sobra.
Nada falta, pero nada sobra.
En cualquier caso da gusto ver que en las rías gallegas, sobre todo en las bajas, cada vez es más frecuente ver la imagen de sus velas trapezoidales sobre el mar y que este tipo de embarcanción tradicional de aspecto ligero, delicado y sin embargo tan resistente, se va recuperando, evitando que esta parte de nuestra cultura marítima se pierda para siempre.
4 comentarios:
quien sabe, tal vez un dia de estos se vea navegar en la ria una dorna más!!!
Veste comprando una, pero ya, para dar paseitos por la ría a los amigos de secano, que en alta mar se mueve todo mucho y nos ponemos malitos. Puesto que el desafío manchego sigue en el fondo del Vicario, vamos a intentarlo con la Fórmula 1, que parece más fácil
Jorgeeeeee!!!! acabo de atoparme con esta entrada de rebote, dando un paseo por internete, a Fungona, que esa de cor madeira que sae en seco coa vela desplegada e a miña. Cando andabamos de expo en expo.
Un saudo
Fernando
Pois parabens, Fernando, é moi fermosa. Non lembraba que efectivamente o seu nome era "Fungona", que ben se ve.
Moitas cousas teño que aprender de elas cando che vaia a visitar
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