No hay más que darse un paseo por cualquiera de nuestras playas, nuestros puertos o recorrer unas pocas millas navegando para encontrar montones de basura, principalmente plásticos.Según Greenpeace el mayor problema lo constituye la basura flotante, que está constituida en un 90% por residuos plásticos.
Destacan por su cantidad los plásticos blandos, como bolsas de plástico, etc. Sin embargo, el 70% de la basura vertida al mar acaba en los fondos marinos, y sólo un 15% termina depositada en las playas. 
El Programa de Medio Ambiente de Naciones Unidas ha estimado que 13.000 piezas de plástico contaminan cada kilómetro cuadrado de mar.
Anualmente se arrojan al mar 6,4 millones de toneladas de basura.
Los impactos de las basuras flotantes sobre la fauna marina están bien documentados, siendo los más graves los derivados del estrangulamiento y la ingestión.
Se ha comprobado, por ejemplo, que el 98% de los fulmares del mar del Norte tienen restos de plástico en sus estómagos. La ingestión de plásticos por las criaturas marinas les puede llevar fácilmente a la muerte.
La dieta fundamental de las tortugas marinas está constituida por medusas, tan parecidas a las bolsas de plástico, lo que hace que estas las ingieran y encuentren la muerte. La preocupante disminución de la población de tortugas marinas es uno de los motivos de que en los últimos años las medusas se hayan convertido en plaga.
Si bien es cierto que este es un problema global, se han llegado a detectar en el Pacífico norte concentraciones de basura ocupando una superficie 70 veces la de España, debido a la circulación de las corrientes oceánicas. 
Sin embargo la solución al problema debe empezar por nosotros mismos, principalmente cuidando nuestros hábitos y acciones cotidianas. Por ejemplo evitando tirar al mar las colillas, cuyos filtros no son biodegradables. No tirando latas al mar, teniendo cuidado con colchonetas, flotadores y balones de plástico para que no se los lleve el viento, guardando los trozos de cabo inservibles, la mayoría de ellos de poliéster, nylon o polipropileno.Un panel a la entrada de una tienda de náutica en Francia nos recuerda el tiempo que pueden llegar a tardar en degradarse una serie de materiales, a veces hasta 600 años o más. Tengámoslo presente.
Así que si los que nos declaramos amantes del mar no predicamos con el ejemplo, qué podemos esperar de los demás, qué medidas podemos exigir a los gobiernos… Aunque sea por egoísmo, hagamos lo posible por mantener limpias nuestras aguas. 

Primero Davies fue recortando distancia a Guillemot, pero este consiguió defender su tercera posición hasta que el
Al igual que le ocurriera hace unos días a Bilou a bordo del
Guillemot declaró haber sentido un “alivio” ya que las grandes oscilaciones del apéndice podían ocasionarle males mayores. A pesar de todo intentará terminar la regata llegando a Sables d´Olonne estabilizando el barco con los tanques de lastre.
No cabe duda que Samantha ha realizado una magnífica regata alrededor del mundo y se merece subir al podio, pero no se pueden lanzar ya las campanas al vuelo pues aún le faltan 750 millas, y como se ha visto esto no termina hasta que se cruce la línea de meta en Sables d´Olonne.
Sin embargo mucho tendrían que torcerse las cosas para Samantha, y en cualquier caso se merece desde ya una gran ovación por la estupenda circunnavegación que ha venido realizando, haciendo además que pareciese fácil. ¡Good job Sam!

Es la segunda vez que el francés gana esta gran regata, después de que en la edición 2000-2001 lo hiciera a bordo del PRB, donde Ellen MacArthur fue segunda.
Detrás el Roxy de Samantha Davies, que está haciéndo una magnífica regata y que está disfrutando de esta vuelta al mundo como si fuera un juego, divirtiéndose y navegando aparentemente sin esfuerzo, por lo que se ha ido pudiendo ver en las imágenes a lo largo de toda la regata. 

Sam Davies navega en apretada lucha con Marc Guillemot y su Safran.