Ironías del destino?
Detractor del uso del arnés. A bordo de su primer y último barco. El Pen Duick I , primero de una saga ilustre, que había sido recuperado por su padre, del cual lo heredó, y vuelto a recuperar de su letargo por él mismo.
Muchas fueron las hazañas náuticas de este gran navegante, pionero de una forma de navegar y entender las regatas, innovador de tecnologías aplicadas a sus barcos, maestro de otros grandes navegantes oceánicos, pero también polémico por su defensa del navegante libre de ataduras.
”Un navegante que cae por la borda no tiene sitio a bordo de un barco”…“Prefiero mirar la muerte cara a cara que estar atado por un arnés”…
Premonitorias frases.
Hay una leyenda urbana que dice que le habían diagnosticado una enfermedad terminal y acabó fundiéndose con el mar en la última travesía a bordo de su barco más querido.
Sea como fuere, ahora, navega libre, Eric, eternamente…

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