A diferencia de los váteres domésticos, los de los barcos no suelen desaguar por gravedad al tirar de la cisterna, sino que hay que currárselo un poco más.
La primera regla de oro: por el váter no debe ir nada que no hayas comido o bebido antes, eso incluye el papel, que o bien se deposita en una bolsa de basura (lo más recomendable) o se tira por el portillo directamente al mar (es orgánico y biodegradable), obviamente teniendo cuidado de que no caiga en cubierta.
No hay como tener que desatascar un váter obturado para que no se te olvide este punto.
Si estás fondeado y te entra el apretón, asegúrate antes de meterte en faena de que no haya nadie bañándose alrededor en ese momento. Aunque es cierto que la gran mayoría de las embarcaciones hoy en día ya tienen depósito de aguas sucias, también es cierto que se suele tener abierto para que vaya directamente al mar. Y aunque algunos váteres incorporan trituradora, no es lo mismo que depuradora.
A pesar de que está reglamentado el uso del váter marino en los puertos, también lo está el hecho de que tenga que haber en las marinas un servicio de vaciado de aguas fecales, algo cuyo cumplimiento debe incluir al 30% aproximadamente de los puertos y quizá exagerando.
Así que en esos casos mejor utilizar las instalaciones que casi todas las marinas habilitan para esos menesteres.
La posibilidad que nos ofrece la reglamentación MARPOL de salir a vaciar a 4 ó 12 millas, es, en muchas ocasiones al menos, poco viable.
En cuanto al procedimiento de utilización del aparato en sí, voy a detenerme tomando como ejemplo un váter marino convencional cuyo sistema creo el más extendido, explicándolo en cuatro pasos:
1º- Posición de reposo, con la llave de paso de agua en posición de seco (palanca superior hacia la derecha) y palanca de bombeo girada para su bloqueo.
Sin querer extenderme más en el tema, creo que el cumplimiento de estos pocos puntos hará que nuestras travesías sean más agradables y ayudará a mantener el buen espíritu entre la tripulación.
7 comentarios:
Humildes utiles de grande importancia, sempre está ben saber do proceso.
¡Que perfecta explicación!
Esta es de las que hay que poner un enlace.
Muchísimas gracias.
Si, Fernando, poco se habla del tema, pero creo que hacía falta alguna indicación.
Los pequeños detalles siempre ayudan, Rana, y si se explican bien, mejor.
Gracias a los dos por vuestros comentarios.
Ja, ja, ja... buenísima esta entrada... imagínate que para mi la "maniobra" más difícil a bordo de un velero siempre fue el uso del aparatito dichoso...
Me ha encantado la explicación!!!
No eres la única, Isabel. Hay un montón de cosas que han evolucionado con la tecnología en los barcos, pero esta cuestión es aún una asignatura pendiente :)
Muchas gracias a tí también!
2º intento. En el primero decía que eres un maestro de cosas útiles y este blog fuente inagotable del saber. Un abrazo.
Maestro en vaterología... :)
Muchas gracias Mera. Otro abrazo.
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