domingo, 18 de marzo de 2007

Travesía Dénia-Bayona en solitario a bordo de un 42´. Octubre de 2005

09/10/2005
He llegado esta tarde a Denia después de un palizón de viaje.
Reviso el barco, compruebo niveles del motor, gasoil y agua, y salgo pitando a hacer una compra a un supermercado cercano. Me han dejado un carrito que he tenido que volver a dejar.
Busco y encuentro un parte meteorológico, estibo todo y pongo de mi mano lo que voy a necesitar primero.
Tengo ganas de salir al mar ya; los preparativos de tierra cuando se hacen deprisa y uno solo, agotan.
Como he acabado sudando, me doy un manguerazo en el pantalán, ¡coño, qué fría!, me cambio y un momentito de relax mientras como algo y compruebo el GPS, el radar, la electrónica y las cartas. Hago una prueba de radio con la oficina del puerto, a la vez que aviso que me voy ya.
Hace un rato que se ha hecho de noche.
Bueno, parece que ya está todo listo, incluso yo.
01:00h.
He salido de la bocana del puerto de Dénia a las 23:10h., con una brisa de unos 6 nudos del SE, mar tranquila con un poco de mar de fondo.Voy a motor y con la mayor izada.
He pasado pegado a Cabo San Antonio y Cabo la Nao, el primero siempre me recuerda el perfil de un cachalote.
Hay algunos pesqueros pero todo está tranquilo.
El momento de salir, solo y de noche, con todas las millas que tengo por delante, me ha inquietado un poco, una ligera sensación de desasosiego que poco a poco va desapareciendo. Uno tarda siempre un tiempo en acostumbrarse al ritmo de a bordo, en bajar las revoluciones de tierra, como se suele decir, en cambiar "el chip".
La excitación de la salida me hace estar muy despierto, sin embargo me siento algo cansado.
He puesto un "way point" a Cabo de Palos, bueno, a librar las Islas Hormigas, que están a unas 70 millas. Voy a 7 nudos así que estaré por allí aproximadamente al medio día.
Llevaba todo el día esperando estar nuevamente en el mar; pues aquí estoy y allá vamos.
Espero que se porte bien este barquito.

10/10/2005
15:00 h.
Desde primera hora de la tarde, después de haber pasado Cabo de Palos, navego a vela ciñendo con unos 15 nudos de viento SE.
El bordo no me permite apuntar a rumbo directo a Cabo de Gata, así que voy rumbo a Águilas para después virar y seguir la costa hacia Cabo de Gata.
El parte anunció vientos del Este fuerza 5-6 arreciando a 7 a última hora.
Ya veremos.
Por ahora hace buen día, realmente agradable. Marejadilla.


23:00 h.
Después de cenar ha aumentado un poco el viento a 18-20 nudos y en el bordo de mar la ola se ha vuelto algo más incómoda, por lo que he hecho un repiquete para acercarme a Carboneras buscando una mar más cómoda.
00:15 h.
La noche está negra, las nubes no dejan pasar la claridad de la luna y en esta costa apenas hay luces.
En poco tiempo el viento ha arreciado unos 8-10 nudos y se ha ido a la proa. Empiezo a pantoquear un poco y me baja mucho la velocidad. Pongo motor y recojo el génova.

11/10/2005
Vaya nochecita!!!
Son las 13:00 h.
Estoy en el Puerto de Almerimar, a donde por fin llegué esta mañana a las 08:20 h.
Me he despertado hace un rato ya que esta noche apenas he podido dormir. Se puso la cosa muy fea.
El viento llegó a los 40 nudos y una mar intratable, con esta ola tan puñetera del mediterráneo. En algunos pantocazos el barco casi se quedaba parado; crujía y temblaba. Daba la sensación de que en el siguiente el palo iba a atravesar el casco.
Recogí casi toda la mayor porque hubo un momento en que ya no ayudaba, sólo ofrecía resistencia al viento y se iba a rifar.
A eso de las 02:00 h. pensé en entrar en el Puerto de San José, pero tal y como estaba la cosa, de noche y con lo pequeño que es el puerto decidí aguantar, cruzar el Golfo de Almería y dirigirme hacia Almerimar para entrar ya con luz de día.
La noche se me ha hecho interminable, con saltos, bandazos, golpes y crujidos.
En bañera, a pesar de llevar capota anti-rociones (menos mal), el agua caía de todos lados. He tenido que reajustar el radar a esas condiciones para poder distinguir algo desde dentro y descansar un poco en la mesa de cartas.
En estas condiciones estar solo se lleva peor, solamente queda aguantar y esperar a que amanezca de una vez. Tengo que confiar en el barco y el motor. Si este fallara, media vuelta, vela y a correr hasta San José de nuevo. Pero se han portado muy bien.
La entrada por la bocana de Almerimar con E y SE fuerte tiene "su aquel". La barra de arena está muy cerca de la punta del espigón, y viniendo de arriba hay que atravesarse a la ola.
Parece increíble que haya barcos tan grandes dentro.

12/10/2005:
Me he levantado temprano para ir a la capitanía del puerto y ver el parte meteorológico. Es un paseo desde el barco.
Abrigo la esperanza de poder salir hoy, pero con sólo asomar la cabeza por encima del espigón se me ha quitado. Además el parte dice que hay temporal fuerza 9 por lo menos hasta última hora de mañana, y los marineros intentan convencerme para que espere por lo menos un día más. No hay nada que convencer, no tengo ganas de pasarlo mal.
He buscado un ciber para obtener más información meteorológica en Internet. Habrá que esperar.

13/10/2005:
Sigo aquí y no me arrepiento de haberme quedado.
He descansado, hecho una compra, he dejado el barco empatenado, una buena comida y paseado por todo Almerimar.
Tanto ayer como hoy todos los barcos estamos escorados aún dentro del puerto. Sopla de verdad, y qué gusto da oír silbar los obenques dentro de la seguridad del puerto.
A mi lado hay un francés en un viejo Swan, un buen tipo. Hemos estado hablando un rato y me contó de un temporal que pasó yendo de Antigua a Azores que me ha puesto los pelos de punta.
Este si que tiene tralla encima.
19:00 h.
Parece que después de tres días esto empieza a amainar, el anemómetro cada vez da puntas más bajas y el barómetro ha subido notablemente.
Decido quedarme aún esta noche para que se apacigüe la mar formada y zarpar a primera hora de la mañana.
Voy a capitanía a pagar y devolver el adaptador de corriente.
01:00 h.
Esto es increíble. De pronto el viento ha dejado de silbar y ha quedado todo como un estanque de patos. Bien! Dejo todo preparado y pongo el despertador para las 06:00 h.
Ya tengo ganas de continuar.

14/10/2005
08:00 h.

A las 07:30 h. suelto amarras y salgo sin hacer ruido.
En la bocana casi tengo un incidente, mientras iba recogiendo las defensas, voy muy cerca siguiendo el espigón para separarme de la barra de arena y justo antes de doblar la punta aparece otro barco de frente entrando pegadito.
Pego un salto hasta la bañera, piloto en “stand by” y meto todo a estribor. Buff. Por los pelos. Perdón!!... Empezamos bien.
Y es que ya decía yo que esta entrada tiene “su aquel”, es muy estrecha. Ninguno de los dos nos hemos visto los palos por encima del espigón, supongo que como yo, pensaría que a estas horas no sale/entra casi nadie. Menos mal que ambos íbamos despacito.
Bueno, afortunadamente no ha pasado nada. Ahora si que ya estoy despierto.
Termino de recoger defensas y amarras, las estibo en sus tambuchos, mayor y 2.500 r.p.m. al motor.
Bajo a poner un “way point” en el GPS a Punta Europa, y ya que estoy, otra cafetera.
Subo a beberme el café calentito a la bañera y ver amanecer con un pitillito, mientras escribo esto y las correspondientes anotaciones en el cuaderno de bitácora.
Siempre me sorprende el mediterráneo, parece que aquí no ha pasado nada, como un plato, igual que se monta se desmonta y aquí paz y después gloria.
22:00 h.
El día ha sido muy tranquilo, casi anodino.
El Génova ha estado enrollándose y desenrollándose todo el día, pero prácticamente el motor no ha dejado de trabajar.
Me voy acercando al Estrecho. He hecho los cálculos con la tabla de mareas del GPS para ver qué carril de corriente me favorecerá más al pasar. Según la hora de llegada prevista del GPS la corriente irá hacia el Oeste entre “B” y tierra.
Me molestan los “bebesinsed” que no dejan de decir tonterías por el 16 VHF, y no entiendo que durante tantos años, los marineros filipinos entren al trapo cuando escuchan eso de “filipino monkey”.
Hay que estar aburrido y ser botarate de verdad.
Recordando las veces que he pasado el Estrecho pienso que han sido o muy tranquilas o despendolado, como cuando se tomó Isla Perejil, que si no recuerdo mal había cincuenta y tantos nudos, o la más reciente en que tumbé frente a Isla Tarifa, pero casi siempre, salvo en una ocasión, he tenido la suerte del pasar con el viento a favor.
Esta vez parece que va a volver a ser así y tranquilamente.

15/10/2005
Atardeceres, noches de luna y amaneceres como este pasando el Estrecho apetece compartirlos, pero por otro lado navegar solo me gusta. Disfrutar del mar, el viento y contemplar los astros me emboba.
¡Qué bien cuando todo va bien!
13:00 h.
El mar está prácticamente plano, con 12 nudos de viento por la aleta el barco navega a vela a 6,5 nudos sobre el azul turquesa. El sol brilla con la luminosidad típica de Andalucía en un día limpio.
Rumbo 295º hacia Cabo San Vicente, a unas 24 millas al través de Cádiz.
Esta mañana ha tocado limpieza general de cubierta e interior, después me ha tocado a mí.
He tirado por popa un cabo largo con una gaza en el chicote, por si acaso, y me he dado unos baldeos de agua de mar, un enjabonado seguido de un aclarado de agua dulce con la ducha de popa que me he quedado en la gloria. Así que tanto el barco como yo vamos hechos unos pinceles listos para inspección.
En estos momentos me estoy preparando un arroz a la cubana que quita el hipo, y sospecho que después va a caer una siesta… Hoy es uno de esos días que ansías para salir a navegar. Perfecto!
19:00 h.
Esta tarde el GPS ha dejado de recibir señal.
Tras chequearlo, he seguido el cable por los entresijos del barco, y finalmente localicé la avería, en cubierta, junto a la seta de la antena una abrazadera había deshecho el cable. Jodido, ya que es un cable coaxial.
Lo corté limpiamente, pelé los dos trozos, empalmé el alma y con los hilos de un cable normal hice un entramado para empalmar la camisa exterior. Un poco de cinta aislante y “voilà”, funciona de nuevo!
De todas formas siempre llevo un GPS portátil, aunque he de reconocer que es mucho más cómodo el plotter; pero gracias a él comprobé que no se trataba de la señal del satélite, sino de un fallo en el equipo de a bordo.

16/10/2005
09:00h.
Esta madrugada he dejado atrás Cabo San Vicente. Me encanta este faro, con ese haz de luz tan potente que pasa por encima de ti como si fuese la espada láser de skywalker.
En las proximidades del cabo aumentó algo el viento, obligándome a enrollar un poco de génova, pero me ha permitido navegar a 8,5 nudos a un descuartelar. Desgraciadamente no duró demasiado.
La temperatura por la noche ha bajado sensiblemente, esto ya no es como en el mediterráneo. Hasta el mar huele aquí diferente.
Tengo ya la sensación de acercarme a casa, y eso que aún me falta una buena tirada.
En Portugal los partes meteo en el VHF son tan escasos como escuetos, pero he escuchado por FM el tiempo de un noticiario, y aunque hablan un poco rápido para mí, por lo menos no han dicho nada de temporal, que ya es bastante.
15:00 h.
Al medio día he hecho una escala técnica en Cascais para hacer gasoil, casi tan rápido como un repostaje de fórmula uno, echar un vistazo a un parte y fuera.
Me gustaría quedarme un poco, me agrada Cascais, y se come bien pero quiero aprovechar la bonanza del tiempo.
Se nota el efecto embudo de la desembocadura del Tajo, el viento se encañona, pero pasado el Cabo da Roca se calma de nuevo y continúo tranquilamente hacia el Norte.

17/10/2005
Costa de Portugal. He pasado Cabo Carboeiro (Peniche) y sigo navegando con rumbo Norte.
Aunque soy consciente de que en el mar a veces se me reblandece la sensibilidad, me gusta observar la grandiosidad. Siempre es lo mismo, aunque siempre varía.
El crepúsculo hoy se presenta como una fragua incandescente. Los rayos naranjas rebotan en nubes moradas sobre un mar gris.
Me fumo un cigarrillo sentado en la cubierta de proa, con la espalda apoyada en la vela, mirando el resplandor del horizonte por el Oeste.
Aquí sólo se escucha cómo la proa del barco corta el agua y me quedo hipnotizado…
Por proa está muy oscuro, creo que viene un chubasco. Me pongo de pié y oteo el horizonte escudriñando la oscuridad. Parece que no hay nadie más por aquí.
Bajo a la mesa de cartas y distingo el chubasco en el radar cruzando la proa a unas dos millas. Es posible que me libre.
Pues parece que no. Ha empezado a llover, aunque lo gordo seguramente ya ha descargado.

Esta noche los delfines y la luna me han dado un espectáculo estupendo.
Leía en el interior y puse música de piano. Al cabo de un rato escuché a través del casco “silbar” a los delfines.
El barco navega a vela a 7 nudos a un descuartelar y la mar está tranquila.
He subido el volumen de la música, salgo a cubierta y me siento en la banda de sotavento mirando hacia la luna llena, que está resplandeciente. Los delfines saltaban del agua recortados en su reflejo.
Al parecer les gusta el piano!!!
Uno ha saltado tan cerca que me ha salpicado. Casi como un ballet.
Por momentos a la luna la cubren unas nubes altas (cirrostratos) transparentes que la visten de un halo de colores.
Con este espectáculo y la música me he emocionado.
¡Qué maravilla!
Fui a la proa y los delfines bailaban como para mí, así que me arranqué y les dediqué una canción.
No me acordaba de toda la letra, y seguramente desafino, pero creo que eso les ha dado igual, o por lo menos no me lo han hecho notar.
Qué corteses…

Parece mentira que hace sólo unos días, pasando Cabo de Gata, estaba dando pantocazos con 40 nudos de viento, que parecía que el barco se iba a romper. Lo mal que lo pasé, y en momentos como este se te olvida todo.

05:00 h.
La noche se ha calmado y se ha abierto el cielo, salvo algunos pequeños cúmulos de formas caprichosas que se reflejan en la superficie del agua.
Ahora la luna resplandece en todo lo alto e ilumina la parte superior de esas nubes.
Sólo algunas estrellas son capaces de brillar, pero sin competir con ella.
07:30 h.
Continúo rumbo norte, y me sigue obsesionando la luna, aunque la verdad es que no hay otra cosa por aquí. Antes estaba por el Este y ahora está hacia el Oeste, quizá más nítida que nunca. Su reflejo sobre el mar es como un camino de papel de plata que se ensancha hasta el horizonte. Un camino coronado por un limpio circulo perfecto que contrasta sobre el azul oscuro profundo.Un paisaje de sólo dos colores, pero tan intenso y mágico... que me vuelve a asaltar la sensación de inmensidad. De tranquilidad.
No tengo prisa, así que sigo a apenas 3 nudos.
Diviso una luz a unos 30º a babor de la proa.
Al cabo de un rato distingo con los prismáticos que es un mercante mayor de 50 m., le veo la roja pero también me ha parecido ver la verde, así que he bajado y lo he marcado en el radar, demora y distancia. Efectivamente viene hacia mí.
Por si acaso recojo génova, arranco el motor y enciendo la luz de medio palo.
De todas formas ya iba necesitando una cargadita de baterías.
Ha pasado a un par de millas cruzando mi estela.
Navego a 6 nudos a motor y con la mayor arriba.

De repente ya empieza a clarear por el Este. Rápidamente se crea un degradado de colores que va del rojo intenso al naranja, amarilleando hacia un verde muy claro que se vuelve azul. Un azul luminoso que suavemente pasa a ser más oscuro hasta llegar a un azul profundo, casi negro.
Difícil de describir el amanecer.
La luna se niega a marcharse, parece que espera al sol.
A eso de las 9:00 h. por fin se encuentran. El astro de la vida y el astro del amor. Por llamarlos así, una forma un tanto ñoña pero que este momento cobra sentido.
Activo la alarma del radar, el despertador del móvil y me voy a dormir un ratito. Apenas hay tráfico y todo está tranquilo.

18/10/2005
10:00 h.
Estoy llegando a la altura de O Porto, por lo que es posible que encuentre algo más de tráfico por aquí.
Salgo a la bañera con mi café, y al mirar hacia proa es como si se acabase el paisaje, hay una muralla de niebla justo ahí delante. Nos metemos en ella como un fantasma atraviesa una pared. Justo cuando acababa de poner el radar en “stand by”, y con lo que me molesta en las gafas!.
A ratos, mirando hacia arriba se ve el cielo azul e inmediatamente se vuelve a cerrar.
He activado de nuevo el radar y bajado un poco las revoluciones del motor.
A eso de las 11:30h hemos abandonado el limbo blanco y en un “pispas” me encuentro con una mañana azul. El viento ha refrescado y se ha ido más a la popa, así que pongo el Génova y fuera motor.
Me alejo de la masa blanca a unos 5,5 nudos.
17:00 h.
Al medio día se ha encapotado el cielo y ha vuelto a bajar el viento, con lo que he vuelto a encender el motor para mantener la velocidad por encima de 6 nudos.
Ahora si que estoy llegando, veo el Monte Tecla en la desembocadura del Miño por la amura de estribor, pero estoy a punto de terminar mi libro y voy enfrascado en la lectura, sentado en la bañera mirando hacia proa, levanto la mirada de vez en cuando para otear y sigo leyendo.
De pronto oigo algo golpear el casco, y por acto reflejo me levanto y pongo punto muerto, pero aún así creo que he cogido algo con la hélice. ¡joderrr! es llegar a Galicia y enganchar un palangre!
Doy atrás y avante para intentar desengancharme, pero nada.
Quito la mayor y quedo fondeado del puñetero palangre.
Desde el espejo de popa, con el bichero, cojo el cabo y tiro de él, pero está bien enredado. Pues nada, habrá que tirarse al agua, con lo poco que me apetece.
Así que preparo todo. Arnés para atarme al barco, navaja, gafas de bucear.
He picado el cabo y como abato un poco y hay algo de ola cojo el ancla de capa del tambucho, la amarro y la tiro por proa.
El viento ahora está entre 12 y 14 nudos del Sur. El barco se aproa y se estabiliza el balanceo.
Bañador, chaleco de neopreno (que llevo para estos casos, pues no es la primera vez), el arnés, gafas y navaja atada a la muñeca.
Intento bajar por la escala de popa pero es peor. Qué fría está!!!
Un salto y abajo.
Es increíble lo que se ha liado tan rápido.
Con el cabeceo del barco me doy unos cuantos coscorrones contra el casco, además el neopreno me hace flotar, pero en tres zambullidas logro deshacer el entuerto. Tengo que fumar menos, bufff.
He de reconocer que al mirar hacia abajo, a la profundidad, me entra un poco de canguelo, es como si escuchase el tun tun tun tuntuntun de la música de tiburón.
Bueno, ya está. Enciendo el motor, recojo el tenderete, mayor y andando, que ya casi estoy.
Entre una cosa y otra el día se ha puesto muy gris y ha aumentado el viento, ahora está en unos 17 nudos de real y de popa, por lo que enseguida vuelvo a apagar el motor, atangono el Génova y rápidamente me pongo a 6-7 nudos.
21:00 h.
Ya estoy amarrado en el pantalán del Puerto Deportivo de Bayona.
He recogido, limpiado e incluso me he dado una duchita de agua caliente, y mientras espero a que me vengan a buscar par ir hasta La Coruña, aprovecho para rematar este diario.
Después del baño de mar, el viento arreció muy deprisa y las olas se encresparon lo suficiente para coger planeos de 10 nudos, con lo que he disfrutado un rato a la rueda del timón.
Al doblar Cabo Silleiro para embocar la ría de Bayona entró un chubasco con 30 nudos de viento y agua. Qué mejor recibimiento para llegar a Galicia, a casa. ;-)

P.D. Tengo que agradecer el excelente comportamiento durante toda la travesía de mi compañero “Ray” (el piloto automático) un auténtico “marine”. Bueno, el barco también se ha portado como un campeón. El radar, la radio y el plotter me miran como diciendo <¿y nosotros qué?>. Vosotros también chavalotes.

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