jueves, 3 de mayo de 2007

La vida es sueño

Supongo que casi todos a los que nos gusta la mar, y yo no voy a ser una excepción, nos hemos forjado una imagen más o menos definida de nuestro barco ideal con el que surcar mares desconocidos, o como generalmente se dice “dar la vuelta al mundo”… pero como este es redondo, eso nos dejaría en el punto de partida, que un tiempo antes hemos soñado con dejar. Aún así no está mal pensar en darse una vuelta por ahí, ver lo que hay y volver a lo conocido y familiar. La forma de plantearse este sueño creo que dice mucho de nosotros mismos, incluso el hecho de ni siquiera planteárselo.
De todas formas dicen que “querer es poder”, y si no podemos es que en realidad tampoco lo deseábamos tanto. Al final se torna en una cuestión de valor. Valor en dar el salto, en dejar la seguridad, laboral y familiar, arriesgándose hacia lo desconocido. Valor para esforzarse en conseguir lo que soñamos. Pero si no soñamos, el valor no sirve de nada.
Volviendo al barco ideal, en mi caso, pienso en un barco de unos 55 pies, envergadura como para tener autonomía, seguridad y confort suficientes, pero que pueda manejar, si fuera necesario, yo solo. Diseño intemporal, tirando a clásico. De desplazamiento medio, rápido pero no planeador, y sobre todo sólido.
El aparejo ketch me gusta, es versátil y reparte la superficie vélica haciéndola más manejable.
El material del casco lo tengo menos claro. Madera con resina, aluminio, o incluso una buena fibra… no sé, habría que verlo.
Para no entrar en detalles, mejor poner unas fotos del que podría ser mi barco ideal.
Con él poder navegar hacia Tierra de Fuego, recorrer el Canal de Beagle hasta Ushuaia, conocer la Isla de los Estados y doblar Cabo de Hornos hacia el Pacífico para subir hacia el ecuador hasta las Galápagos y a partir de ahí improvisar. Quizá saltar hasta Polinesia, un mundo de islas suficientemente grande como para perderse.
Ushuaia Isla de los Estados y Cabo de Hornos
Islas Galápagos
Seguramente influenciado por la lectura de los libros del maestro Moitessier, que dijo: “Sigo, sin hacer escalas, hacia las islas del pacífico, porque soy feliz en el mar y quizá para salvar mi alma”.
Y es que el mar invita a soñar… y al fin y al cabo, como decía Calderón de la Barca (nombre marinero donde los haya), la vida es sueño.
Bernard Moitessier

3 comentarios:

Anónimo dijo...

si es tu sueño espero que lo consigas!!!

Anónimo dijo...

“Sigo, sin hacer escalas, hacia las islas del Pacífico, porque soy feliz en el mar y quizá para salvar mi alma”. Por qué me ha gustado tanto esa frase Jorge? Por qué cuando estoy en el mar siento ese vértigo, esa libertad dolorosa, esas ganas de que nadie se acuerde de mí? Es egoismo? Me curaré algún día? Me quiero curar? La vida es sueño, malheureusement...

Anónimo dijo...

jorge ya sabes que yo me voy contigo de cabeza ;)