miércoles, 18 de abril de 2007

Y van tropecientas

Pues sí, hace tiempo que perdí la cuenta de las veces que he bajado y subido a lo largo de la “Costa da Morte”… y no me canso de doblar una y otra vez sus cabos, evitar sus piedras o cruzar sus rías, solo o acompañado, como esta última vez en que de nuevo me acompañó mi hermano, que a falta de piloto automático bien está… ;-)
(es broma, macho.) Como es menester aprovechamos un Nordestito para bajar un coqueto Bavaria 30, del que destacaría su habitabilidad y velocidad para tratarse de un crucero de 9,45 m., con el que tardamos 20 horas en hacer unas 120 millas. No está nada mal.
Entre pitos y flautas, como siempre, salimos del Puerto de Sada a medio día con poquito viento, entablándose más tarde en 18-20 nudos de popa. El recorrido, como tantas otras veces: Islas Sisargas por dentro, Punta Nariga, El Roncudo, Cabo Vilán, Cabo Touriñán, al través del cual anocheció. Después Fisterra, Corrubedo, Islas de Ons y Onza por fuera y meterse en la Ría de Vigo por el Canal Norte, entre Cabo Home y las Islas Cíes, amaneciendo ya en la ría y llegando al R.C.N. de Vigo a las 08:00h.
Tranquiliza, ver pasar por encima, aunque sólo sea de vez en cuando y en simulacros, al helicóptero del S.A.R. Si las cosas se pusieran verdaderamente feas, se la jugarían por tí. Espero no tener que necesitarlos núnca. Ya bastante trabajo tienen. Lo malo de hacer esta ruta en días de diario son los pesqueros, auténticos dueños del mar, por derecho o no, y sus aparejos, con los que minan la costa, señalizándolos casi siempre, por no decir siempre, de forma nada ortodoxa. Así que es habitual encontrarse palangres o nasas señalizadas con botes de lejía descoloridos por boyas. Unas veces medio hundidas, otras en cambio en el extremo de metros de cabo flotante, prácticamente imposibles de ver, convirtiendo la navegación litoral en una lotería, sobre todo de noche, siendo más grave yendo a motor. Motivo por el cual conviene llevar siempre a bordo un neopreno, gafas de bucear, linterna sumergible y un buen cuchillo. El agua está fresquita por aquí.






Afortunadamente, en esta travesía poco usamos el motor y no cogimos ninguno, pero de todas formas ahí están. Creo que les saldría más económico señalizarlos convenientemente antes que perder tantos aparejos como deben perder por causa de las hélices y los cuchillos. Tampoco entiendo por qué, estando reglamentado, no les obligan a cumplirlo. Mientras tanto, por mi parte no lo dudo dos veces, aparejo que enganche con la hélice, aparejo que tendré que picar.
¡“Pobriños mariñeiros”!...

No hay comentarios: