Momentos reconfortantes en el mar, que se repiten todos los días y que sin embargo nunca me pasan desapercibidos. Nada que ver una instantánea hecha al sol cuando sale o se pone con el momento visto “in situ”, no sé por qué pero las fotos siempre quedan cursis, y sin embargo no puedo evitar hacer una foto, o varias, en el momento en que Lorenzo aparece después de las horas de oscuridad o cuando se despide al final de la jornada.
Es difícil resistirse a mirar al sol en esos momentos, a pesar de que siempre es igual, nunca es lo mismo, cada una de ellas tiene su peculiaridad y su magia.
Aquí una pequeñísima muestra de las despedidas y saludos al sol vividos a bordo durante este verano.
2 comentarios:
quiero y me gustaria que me llevarias a ver esos amaneceres... precisamente despues de ayer que me han dicho que sigo viva de milagro...me has alegrado el dia... estoy enferma y llevo muy mal los dolores de los quistes... tu me devuelves la fuerza...
De nuevo "Amanece, que no es poco"...
Lo bueno de los amaneceres y los atardeceres es que se pueden ver desde todos los lugares.
Está bien que al menos haya sido un minigranito de arena positivo en el día... No sé qué decirte Ana, más que ánimo, ánimo y... que la fuerza te acompañe ;-)(te suena,no?)
Bicos.
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